No quedamos en Cascante un día más. En la iglesia de nuestra casa, la casa donde nació Santa Vicenta María. Allí, a un lado del presbiterio, veneramos una imagen de la Inmaculada a quien nuestra Santa Madre sirvió como 'camarera'.
Quiero imitar a la Santísima
Virgen en los continuos coloquios que dirigía a su Hijo Santísimo en el viaje a
Belén. Así quiero yo hacer cada hora: volverme a mi Dios, examinar lo que hice
y cómo, en la anterior, y lo que debo hacer en la que sigue. (Santa Vicenta María)
El ejercicio del Mes de mayo, nos sugiere hoy ofrecer un clavel a la Virgen fiel y en él la fidelidad a las inspiraciones de la gracia, como respuesta al amor de Dios y en reparación por todos los que se hacen sordos al llamamiento divino en sus vidas.
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