Entre el 8 y el 11 de diciembre
de 1911 escribió M. María Teresa Orti una carta circular a las 16 comunidades
que componían el Instituto. La costumbre de que la Madre General se dirija a la
Congregación con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María se
formalizó con M. María de la Cruz Gil Marquina, hasta entonces era la fiesta de
Navidad la que motivaba una comunicación de la M. General a todas las
religiosas del Instituto.
M. María Teresa Orti escribió
en torno la fiesta de la Inmaculada por lo menos en dos ocasiones muy particulares,
la primera en 1904 con motivo del cincuentenario de la proclamación del dogma y
la segunda en 1911 para entregar al Instituto la segunda edición de las ‘Prácticas
y costumbres’ y la primera edición impresa de las “Reglas generales y
particulares” y el “Reglamento para las acogidas”. Las Reglas y el Reglamente
habían sido redactadas en parte por Santa Vicenta María, completadas por la
misma M. María Teresa y aprobadas por el V Capítutlo General celebrado en
Madrid el 1 al 4 de septiembre de 1911.
Tal vez sobran los
comentarios al texto que sigue siendo un reclamo a la propia santidad para quienes
nos seguimos sintiendo llamadas a recorrer la senda marcada por Santa Vicenta María
y por todas las que nos han precedido.
+
V.J.
Dicbre de 1.911
Muy amadas Mes y Hnas
de esta Casa de Madrid[1]: Con
esta carta recibirán la 2.ª edición del librito de nuestras Prácticas y también
la de las Reglas generales y particulares con el Reglamento de nuestras
acogidas. Todas llevan alguna variación según la experiencia, por los acontecimientos
que el tiempo lleva en sí, ha hecho ver ser convenientes.
Espero fundadamente que
recibirán estos libros con reverencia y amor, como quien recibe la patente de
Hija predilecta de la Stma. Virgen, el documento que acredita ser Esposa de
Jesucristo, el título que da derecho a ocupar un trono en el reino de los Cielos,
que todo esto representan para nosotras nuestras santas Reglas.
¡Con cuánto esmero y fervor
debemos pues practicar lo que ellas nos enseñan y mandan! La que así lo
hiciere, se santificará a imitación de S. Juan Berchmans, esto es, sin
necesidad de buscar medio alguno fuera de los que ellas nos indican.
Sepan que tales Reglas, además
del trabajo grande que se tomó nuestra santa Madre para hacerlas, se han
seguido puliendo sin dejar perder un punto siquiera de aquello que esa
experiencia de los años y hechos ha dado a conocer nos facilitará la
observancia y con ella la propia santificación.
El trabajo que en esto se han
tomado quienes lo han hecho, no será perdido aunque hubiese Religiosas tibias
que, desestimándolo, no lo aprovechasen para sí; más para animarlas, pues el buen ejemplo estimula, puedo decirles con verdad
que de las casi quinientas de que hoy, por la misericordia de Dios, se compone
el Instituto, quizás no pudiera señalarse una docena que no trabaje “con todo
empeño en el Señor” por guardar la exacta observancia.
Esto desea y pide de todo
corazón a Dios nuestro Señor y a su Madre Inmaculada para sí y para todas su M.
en el mismo Señor que las bendice y les pide sus oraciones
María
Teresa Orti
Hija
d M.I.