miércoles, 7 de diciembre de 2016

FELIZ DÍA DE LA INMACULADA

M. María Cruz Gil regaló a la Congregación, en cada uno de los años de su gobierno como superiora general, una carta con motivo de la solemnidad de la Inmaculada. Sus sucesoras, con gozo por parte de todas las que componemos el Instituto, han mantenido fielmente la iniciativa. En los años anteriores, la Madre General acostumbraba dirigirse a todas con motivo de la Navidad.
Sin embargo fue M. María Teresa Orti, la primera que sintió «como necesidad de comunicarme con todas y cada una de V.V. C.C. para que en tan solemne fiesta el lazo que nos une dentro de nuestro amadísimo Instituto se estreche más y más pudiendo regocijarnos como si en él un solo corazón palpitase de amor y entusiasmo por la Stma. Virgen, nuestra Patrona y Madre amantísima, Madre que, en su inmenso amor por el Instituto ha querido darnos su nombre glorioso de un modo providencial que no deja duda de que Ella así lo ha querido».
La Madre escribía el 3 de diciembre de 1904, «al acercarse la fiesta de nuestra Purísima Madre en el año jubilar del Dogma de su Concepción Inmaculada». Con el paso del tiempo las instituciones crecen, se expanden y como insensiblemente se empieza a entibiar el calor del fervor primero… algo de eso pudo percibir M. María Teresa Orti cuando escribió a la Congregación la primera carta de la Inmaculada, haciendo a las Hermanas una doble llamada: a la vida y virtud de la observancia religiosa y al trabajo y celo apostólico. La Madre con meridiana claridad llama la atención sobre un aspecto primordial: «Esforcémonos pues, en trabajar con todas nuestras fuerzas y con una exactitud y fidelidad que den el valor que deseamos a todas nuestras acciones. El trabajo, su nombre lo indica, es trabajo y cuesta a la naturaleza doblegarse a él, pero sepámoslo bien claro, nuestro Instituto es de trabajo y abnegación y si queremos cumplir con nuestro deber, henos de abrazarnos estrechamente con el trabajo».
Y les infunde mucho ánimo convencida de que «si queremos podemos llevar el Instituto muy adelante con la gracia de Dios, que ésta no nos falta. Esforcémonos, pues, y cada cual en su puesto cumpla exactamente su cometido, que esta unión y orden son las ruedas, o mejor dicho, las alas que la han de hacer subir muy alto en la presencia de Dios para honra y gloria suya y de la Virgen Inmaculada».
Cuando han pasado más de ciento diez años, cuando casi todo ha cambiado tanto, se me antoja tremendamente válida y actual la invitación de M. María Teresa: «Seamos santas, Hermanas más, sean nuestras miras elevadas, pisemos continuamente nuestras miserias que ellas no han de faltarnos mientras estemos en el mundo. Fijémonos en las virtudes de nuestras Hermanas para amarlas y respetarlas, apartemos los ojos de sus defectos disimulándolos siempre y seamos verdaderas religiosas, verdaderas Esposas de Jesús e Hijas de su Inmaculada Madre».
Salvando todas las distancias, y casi con temor siento hoy los mismos deseos que rebosaron en el corazón de M. María Teresa Orti, y esto pido para mí y para cada una de las que formamos esta familia a la que el Señor nos trajo…
Muy feliz solemnidad de la Inmaculada 2016.
María Digna Díaz
RMI

Roma, 7 de diciembre de 2016



Nota.- El texto íntegro de la carta de M. María Teresa lo tenemos impreso en 100 Años de animación congregaciónal, tomo I, páginas 49-52.

viernes, 2 de diciembre de 2016

La devoción de las Religiosas de María Inmaculada a Cristo Rey

Vela de adoración ante el Santísimo la vigilia de Cristo Rey

Imagen conservada en Cascante
No es vanal que nos preguntemos, ¿por qué en la Congregación hacemos Vela nocturna a Cristo Rey?
Es obvio que esta costumbre no la establecieron ni Santa Vicenta María, ni M. María Teresa Orti, su sucesora en el gobierno del Instituto, al menos por una cuestión cronológica: ninguna de las dos alcanzó a conocer la fiesta de Cristo Rey, promulgada por el papa Pío XI, el 11 de diciembre de 1925, con la encíclica Quas primas. El Santo Padre quiso instituir la fiesta al conmemorar el XVI centenario del I Concilio Ecuménico de Nicea, que incluyó en el “Credo Apostólico” las palabras: …y su reino no tendrá fin. En su inicio la celebración se fijó en el domingo anterior a la solemnidad de todos los santos. En 1970, para destacar más el carácter cósmico y escatológico del reinado de Cristo, la fiesta se convirtió en la de Cristo "Rey del Universo" y se cambió su celebración al último domingo de año litúrgico, apuntando ya el tiempo de adviento en la perspectiva de la venida gloriosa del Señor.
Las primeras vigilias de oración que se hicieron en la Congregación tuvieron un carácter fundamentalmente reparador y se hacían en los días de carnaval, organizando turnos de religiosas, jóvenes internas y colegialas, durante toda la noche o durante todo el día, según las posibilidades y circunstancias[1].
La práctica de las vigilias de oración, para las Religiosas de María Inmaculada, en la noche que precede a las solemnidades del Sagrado Corazón de Jesús y de Cristo Rey, tuvo su origen en 1933 coincidiendo con el segundo Centenario de la Gran Promesa, en un momento en el que la fe y las prácticas religiosas se veían seriamente amenzadas[2].
En los años siguientes, hasta 1940, las dos solemnidades fueron precedidas de Hora Santa o Vela toda la noche, allí donde y cómo las circunstancias lo permitieron[3].
A partir de 1941, la costumbre quedó establecida de forma oficial y universal para toda la Congregación por un Rescripto de la Sagrada Congregación de Religiosos del 12 de agosto de ese mismo año, que autorizaba por vez primera y para un período de cinco años la Exposición del Santísimo durante toda la noche en las vigilias del Sagrado Corazón y de Cristo Rey[4].
La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha formado parte irrenunciable de la identidad de generaciones de Religiosas de María Inmaculada, desde Santa Vicenta María: Actos de Consagración, Hora de Guardia, Triple Alianza, Apostolado de la Oración, triduos, novenas, primeros Viernes, entronización de imágenes, procesiones, estampas, cuadros, detentes, medallas… han alimentado, expresado y propagado esa devoción a lo ancho y largo de la Congregación.




[1] Valga como ejemplo que en Almería, en 1909, Los tres días de carnaval velaron por la noche al Santísimo [sin Exposición] por turno la Comunidad y las chicas. (I LDRMI-Almería 18r); en cambio en 1910, tuvieron Manifiesto todo el día, y el último día la Comunidad veló por la noche, en turnos de una hora y dos religiosas (Cf. I LDRMI-Almería 45v)
[2] El día 22 de junio de 1933, la Comunidad de Oviedo tiene su Primera Vela nocturna al Sagrado Corazón de Jesús, coincidiendo con el segundo Centenario de la Gran Promesa. (Cf. I LD-Oviedo 224-225). La cronista de Burgos anota: «Por mandado de N.R.M. Provincial se ha expuesto hoy el Santísimo (con permiso del Prelado) a las 8 de la noche para tenerlo toda ella como preparación a la hermosa fiesta de mañana y pedir grancias al S.C. de Jesús. Se han formado turnos de vela. A primera hora las chicas y las Madres y Hermanas delicadas. Después otras de 9 ½ a 11 ½, de 11 ½ a 1 ½ y así hasta la hora de la Misa de Comunidad que se ha celebrado con Manifiesto por decir el Sr. Capellán que se podía en este caso». (LD-Burgos 1932-1941, p. 21)
[3] En Octubre de 1940, en Burgos,  hubo Hora Santa la Víspera de Cristo Rey. (Cf. LD-Burgos 1932-1941, p. 176). En Barcelona el 28 de octubre de 1939, a las 10 de la noche quedó Expuesto el Santísimo y lo velaron durante toda la noche las Comunidad y las chicas distribuídas en dos turnos. (Cf. LD-Barcelona 1939-1943, p. 37).
[4] Rescripto n. 6082/41, Fdo. Card. Salotti, Protector. 12.09.1945: La Sagrada Congregación de Ritos prorroga por otros cinco años. Rescripto n. 65/945, Fdo. Card. Henricus Dante. 1951 4.08.1951: La Sagrada Congregación de Ritos prorroga por otros cinco años. Rescripto n. 150/951. 1956 18.02.1956: La Sagrada Congregación de Ritos prorroga por otros cinco años. Rescripto n. 20/956, 1961 25.03.1961: La Sagrada Congregación de Ritos prorroga por diez años. Rescripto n. 72/961, Fdo. Card. Henricus Dauxxi

jueves, 13 de octubre de 2016

Un día como hoy... 13 de octubre

1924: La participación de señoritas seglares en la misión apostólica propia del Instituto se iba extendiendo a lo largo y ancho de la geografía congregacional. Así, en el antiguo monasterio de santa Clara de la ciudad de Córdoba (España) donde una comunidad de Religiosas de María Inmaculada respondía con generosidad a la llamada del Señor y a las tareas que la Iglesia se le encomendaba, el 13 de octubre de 1924, tuvo lugar la inauguración de la “Asociación de los Ángeles Tutelares” con 18 señoritas. Tuvieron por la mañana comunión general en una Misa celebrada por el Director de la Asociación, P. José María Carretero SJ; después subieron a desayunar en Santa Clara, donde se preparó un bonito comedor. Por la tarde el P. Carretero les hizo una plática. A partir de este día tienen todos los segundos jueves de mes un día de retiro: por la mañana Misa de comunión general a las 8 ½ y meditación; por la tarde plática y preparación para la muerte.

martes, 12 de julio de 2016

Un día como hoy... 12 de julio

 Santa Vicenta María no había cumplido aún los 32 años de edad cuando un vómito de sangre puso el inequivocable sello de la tuberculosis en su vida… la naciente Congregación fundada por ella marchaba aún en primera y aquella era, humanamente hablando,  la peor noticia porque el mal no tenía cura. Ante esta «sentencia de muerte» se alarmaron sobremanera todos, menos la enferma. Cuando en el mes de junio hizo su experiencia anual de Ejercicios espirituales, escribió en sus notas personales: «Aunque con necesidad de reflexión, estoy resuelta Dios mío a tener vida corta, a lo demás con más facilidad me conformo. Yo no quiero en absoluto más que en todo se cumpla vuestra voluntad santísima».
Iglesia de El Molar
Los médicos se apresuraron a enviarla a Panticosa en el Pirinero aragonés y allá se fue desde Zaragoza, en agosto de 1879, por Jaca, Huesca y Tardienta. Llegado el verano de 1880, los médicos pretendieron que se repitiera el viaje, pero la Madre opuso toda su resistencia y ellos dejaron que ella les ganara el pulso, a una condición: tomar durante unos días las aguas sulfurosas de la Fuente del Toro en el Balneario de El Molar, al norte de la provincia de Madrid.
El lunes 12 de julio, a las tres y media de la tarde, salió de Madrid la Madre Fundadora con dos que ya habían ido allí el año anterior: H. Carmen López y H. Presentación Beamonte. Después de cinco horas de viaje, las recibió el sacristán y las acompañó a la casa de D. Eduardo de la Morena, en la calle Real, donde tenían a su disposición una sala grande con alcobas.
Parque del Balneario de la Fuente del Toro
El primer día de su estancia en El Molar se levantaron a las seis y se fueron a la iglesia  donde encontraron una Misa ya empezada y comulgaron «agarrándose – dice la Madre – a la costumbre que hay de comulgar el día que se sale y que se llega a algún punto».
Desde la iglesia fueron a la fuente donde las visitó el médico y diagnosticó la misma afección a los bronquios en las tres y les recetó, además del agua, inhalaciones mañana y tarde. 
Casa antigua en la calle Real (actual Correo)
Lo de las inhalaciones le sentó regular a Santa Vicenta María porque tenía muy poca fe en eso, porque le costaba cada una 2 rs., porque la boquilla de cristal le costaba 10 rs. y ya había comprado una en Panticosa, que al parecer se había quedado en Zaragoza. Por si acaso, avisa a Madrid que si la ven por allí se la manden con la diligencia, que el mayoral que sale a las tres y media de la tarde es de mucha confianza.
Después de diez días de tratamiento regresó Santa Vicenta María a Madrid.
Si el grano de trigo cae en la tierra y muere da mucho fruto...



El 12 de julio de 1910 se firmó el decreto de aprobación para la fundación de una casa en Oviedo... 

El 12 de julio de 1912, una Real Orden declaraba el carácter de Beneficencia de la Congregación... 



El 12 de junio de 1958, el Arzobispo de Milán, Monseñor Montini, futuro san Pablo VI, el mismo que años más tarde proclamaría la santidad de la Madre Fundadora, recibía en Milán a la Superiora Provincial con su Asistente y la Superiora de la casa de Roma, llamadas por él mismo para que vieran una casa en la que se pretendía una nueva fundación del Instituto.
Mientras tanto, en Burgos, la Madre General, María de la Redención Navas, que abrió puertas y ventanas a los cambios que traían la Iglesia y la sociedad del siglo XX, se reunía el 12 de julio de 1958 con todas las Superioras de la Provincia de María para un encuentro de formación con conferencias del P. Jesús Solano S.J.


viernes, 17 de junio de 2016

Un día como hoy... 17 de junio

Llevaban apenas dos meses las Religiosas de María Inmaculada instaladas en el número 1.126 de la Calle Pedro Moreno, en la ciudad de Guadalajara (México). En la casa había diecisiete jóvenes internas y las religiosas tenían organizada ya la “Asociación de Santa Zita” para sirvientas. El 17 de junio de 1922, un cuadro de santa Vicenta María y una imagen de la Inmaculada presidían la sala, engalanada con una alfombra prestada, y un tapete “muy mono”, para cubrir la mesa en la que tomó asiento el siervo de Dios, D. Francisco Orozco y Jiménez, Arzobispo de Guadalajara. Le acompañaban otros cuatro sacerdotes, la superiora de la comunidad, M. Gloria de María Gumà y Soler, y la Presidenta General de las Damas de la ciudad de Guadalajara. Unas cuarenta señoras y señoritas simpatizantes de la casa, colaboradoras y bienhechoras de la obra apostólica completaban la “Junta de Señoras” que allí se celebraba para nombrar cargos. Resultó elegida Presidenta, Elena Camarena, con gran alegría de la comunidad; y Tesorera “una señorita muy piadosa, educada en el Sagrado Corazón”.
Además del nombramiento de los cargos, la Junta acordó cambiar el nombre de “Asociación de Santa Zita” por el de “Liga Protectora del Colegio de Hijas de María Inmaculada para el servicio doméstico”.  El Sr. Arzobispo animó a las señoras a seguir en lo que habían comenzado porque en Guadalajara empezaba a hacer mucho bien la Obra de la Congregación.
M. Gloria de María aprovechó el entusiasmo del Prelado para decirle que la casa que ocupaban resultaba muy pequeña, y Monseñor Orozco ofreció el antiguo convento de los Dolores que él mismo había empezado a habilitar para seminario pero los sucesos ocurridos en el país le habían impedido completar el proyecto. 

sábado, 11 de junio de 2016

Un día como hoy... 11 de junio


Se cumplen ya 140 años desde el día aquel en el que santa Vicenta María y otras dos compañeras recibieron de manos del beato Ciriaco María Sancha el hábito religioso y con esa ceremonia nacía una nueva congregación en la Iglesia: la nuestra.
No fueron fáciles los comienzos, ni lo fue el desarrollo... No llamó el Señor, ni a ellas ni a las que vendríamos detrás,  a una empresa fácil. Santa Vicenta María no duda en decir a las Hermanas que ¿a qué otra cosa hemos venido aquí sino a sufrir? y en eso debemos tener nuestro gusto.
Cuando M. María Teresa recibió la noticia de la aprobación pontificia del Instituto, nueve años después de la muerte de la Madre Fundadora, escribió una carta, tal vez más con el corazón que con la pluma y nos dice, entre otras cosas:
«… de nuestro Instituto y trabajo espera [el Papa] prosperidad para la Religión y el Estado. ¡Quién hubiera podido creer, si el Vicario de Jesucristo no lo dijera, que a tanto puede llegar la influencia de nuestro Instituto! No defraudemos nosotras estas esperanzas, antes, ponderando cuánto enaltecen a nuestro Instituto, aumentemos nuestro amor y aprecio hacia él, considerémonos dichosas de pertenecer al mismo, y empleemos cuanto somos, poseemos y podemos para llevarlo adelante en el servicio de Dios nuestro Señor y de su Santísima Madre, María Inmaculada. No olvidemos que mucho se pedirá a quien mucho se le dio y que para llegar a poner en práctica cuanto la misma Iglesia santa espera de nuestro trabajo, alta tiene que ser nuestra perfección, pues para ello se necesitan corazones generosos siempre dispuestos al sacrificio y a trabajar allí donde sea preciso el trabajo. […] ¡Ojalá sepamos ser siempre dignas hijas de nuestra Fundadora y dignas de su Instituto!».

Un día como hoy iniciaron su vida religiosa en el Instituto 36 Hermanas y perseveraron hasta su muerte 17; comenzaron la etapa del noviciado 42 y perseveraron 22; hicieron sus primeros votos 21 y perseveraron 16; emitimos la profesión perpetua 189 y hasta el día de hoy perseveramos 161. Hoy damos GRACIAS al Señor por querer confirmar nuestra entrega en la Congregación y le pedimos la gracia de trabajar para conservarla en su mayor observancia como en vida de nuestra Madre Fundadora .

viernes, 3 de junio de 2016

Sagrado Corazón

Si duda una de las devociones que con más fuerza marcó la espiritualidad de la Madre Fundadora y la tradición del Instituto fue la del Sagrado Corazón de Jesús.
En 1888 detalla la Madre que: "Tenemos costumbre de hacer la novena del Sagrado Corazón por la mañana muy tempranito, que es la única hora en que las muchachas que están sir­viendo pueden venir, y quisiéramos que no faltara una plática; ... Debe empezar el día del Corpus (31 de Mayo) y acabar el 8 de Junio, fiesta del S. Corazón. El orden que se sigue es este: expo­ner el Smo. a las 5 y 1/2, enseguida la misa rezada, un cántico ligero, y sigue la plática, que vendrá a ser a poco más de las seis, luego se hace la novena y la reserva."
En las posteras recomendaciones de santa Vicenta María a sus hijas está la del encargo de que "Propaguen cuanto puedan la devoción al Sagrado Corazón de Jesús".
 Las primeras 'Velas nocturnas' que la Congregación ofreció a Jesús Sacramentado tuvieron un prevalente carácter reparador y se hacían en las tres noches de carnaval.
En 1941, M. María de San Luis de Caso, obtuvo de la Santa Sede la autorización para velar a Jesús Sacramentado durante toda la noche en todas las casas del Instituto en las vigilias del Sagrado Corazón y de Cristo Rey; una práctica que conservamos con celo y gratitud hasta el día de hoy.
Sagrario ante el que emitió su profesión perpetua la M. Fundadora

domingo, 8 de mayo de 2016

Un día como hoy... 8 de mayo

Caja en la que se salvaron los restos de a Madre Fundadora
1939: Es muy difícil imaginar las emociones que se vivieron en la Casa Madre de la Congregación el día 8 de mayo de 1939… Aquel día señalaba el final de una incertidumbre que le pesaba a la Vicaria General, M. María de San Luis de Caso, tal vez más que a nadie …
El 28 de mayo de 1931, los restos mortales de la Madre Fundadora habían sido trasladados desde la Casa Madre, donde descansaban desde 1893, hasta el domicilio de la Condesa de Vigo, doña Josefa Tenreiro, en la cercana calle de Génova.
El horizonte político y social que podía vislumbrarse en España inspiró el ánimo de M. María de la Concepción Marqués la conveniencia de poner a salvo aquella reliquia. En agosto de 1936, tras un registro en la casa de la Condesa y el posterior traslado de algunos objetos de valor a los sótanos del Museo del Prado, hicieron perder la pista a la caja que custodiaba los restos de santa Vicenta María.
M. María de la Concepción falleció en San Sebastián en el 19 de enero de 1939, sin ver terminado el conflicto bélico y, por consiguiente, sin poder reunir a las Hermanas que se habían dispersado a causa de la guerra, y sin saber qué había sido de la reliquia.
En el Museo del Prado, junto a las pertenencias de la Condesa de Vigo apareció una caja que D. José Artero Pérez, M. María de San Luis de Caso, M. María Enriqueta Contretras y M. María de la Natividad Ballesteros, pudieron identificar y recuperar el día 8 de mayo de 1939.

Por la tarde, en la Casa Madre hubo Credo, Salve y plática de D. José Artero y hubo mucha gratitu y mucha alegría…

jueves, 21 de abril de 2016

Un día como hoy... 21 de abril

Madrid. Puerta de Sol. Mediados del s. XIX
La intuición apostólica de Manuel María Vicuña, que germinó en una «sala de convalencientes» en el interior del Hospital de San Juan de Dios en Madrid, bajo la dirección de la Hermana mayor de la Congregación de la Doctrina Cristiana, doña Ignacia Rico de Grande y de doña María Eulalia Vicuña, comenzó a dar claras señales de buena y prolongada cosecha, cuando el 21 de abril de 1845, doña Ignacia Rico de Grande y la señorita Micaela Desmasièrs inauguraron, en la Calle de Dos Amigos, el «Colegio de María Santísima de los Desamparados» con el fin de «recoger e instruir a las mujeres arrepentidas que lo solicitaren al salir del Hospital de S. Juan de Dios»
Santa María Micaela del Santísimo Sacramento
La dirección del Colegio la encomendaron a una Junta de Señoras, formada por las Marquesas de Malpica y de Alcañices, la Condesa de Zaldívar y Dª Mª Teresa Gaviña.

Santa Vicenta María López y Vicuña

El tiempo, los acontecimientos que se sucedieron posteriormente y el gran celo apostólico de santa María Micaela y de los hermanos Vicuña regalarán a la sociedad y a la Iglesia dos instituciones que garantizarán su misión con la fundación de dos congregaciones religiosas: Las Esclavas del Santísimo Sacramento y las Religiosas de María Inmaculada 

lunes, 18 de abril de 2016

Un día como hoy... 18 de abril

1888: Desde el 7 de enero estaba santa Vicenta María en Barcelona. Un mes hospedada en la casa de las Reparadoras de la calle Caspe y, desde febrero, en la calle Condal, donde se encontraba la primera casa que ocupó la comunidad en Cataluña. Las ocupaciones propias de una nueva fundación y los asuntos que llegaban de las otras tres casas abiertas no distrajeron su atención de algo que le importaba sobremanera. Santa Vicenta María, negociaba ante el Sagrario la aprobación pontificia del Instituto mientras en Roma eran otros quienes negociaban. Al fin, el 18 de abril de 1888, Su Santidad León XIII, a través de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, concede el «Decretum laudis» a la Congregación de Hermanas del Servicio Doméstico. El Decreto en sí ya justificaba sobradamente el gozo de la Madre Fundadora, pero llegaba con un plus: al nombre de la Congregación se añadía el de su titular y se denomina: «Hermanas del Servicio Doméstico de la Inmaculada Concepción».
Cuando, santa Vicenta María, tuvo noticia de la firma del Decreto y de su contenido no dudó en afirmar que se trata de «el más fausto acontecimiento desde que la Congregación existe».
El Decretum laudis era el sello del reconocimiento por parte de la Iglesia y para la Madre Fundadora  «ya no queda duda de que Dios quiere que la Congregación exista, y puede esperarse todo, si por nuestra culpa no lo desmerecemos».
Con el Decreto, la Iglesia daba estabilidad a su Obra y Santa Vicenta María dejaba que el Señor formara en ella el mejor instrumento para «dar a la sociedad moderna la solución al problema de los problemas, al problema de la unión social que no se arregla solo con portamonedas sino con corazones; ella es la que ha sabido unir con cariño de madre esas dos distancias inconmesurables hermanando al rico y al obrero, al proletario y al que nada en la abundancia».


lunes, 28 de marzo de 2016

Un día como hoy... 28 de marzo

Madrid. Hospital General
Era el año de 1849 y la Congregación de la Doctrina Cristiana en Madrid, en seis años de existencia, se iba abriendo paso en medio de las necesidades más apremiantes que la sensibilidad cristiana hacía descubrir a sus asociados en Hospitales, Cárceles, Asilos o en las calles…
En 1846, a la muerte de doña Ignacia Rico de Grande, fue nombrada doña María Eulalia Vicuña «Hermana Mayor» en el Hospital de San Juan de Dios.  Apenas habían pasado dos años y medio cuando el 28 de marzo de 1849, fallece la que era «Hermana Mayor» en el Hospital General, doña María de los Ángeles Melgar. Para sustituirla fue trasladada doña María Eulalia Vicuña con el mismo cargo desde San Juan de Dios al Hospital General. No negamos que el cambio fue una maniobra humana de conveniencia y de que, incluso geográficamente, puede considerarse como un ‘descenso’. María Eulalia bajó la calle de Atocha el 20 de abril para ponerse al servicio de las mujeres acogidas en el Hospital. Recordar estos acontecimientos históricos con la luminosidad de la celebración de la Pascua nos permite volver a considerar el valor de lo pequeño y el sentido profundo de lo que a primera vista se nos puede antojar vanal o absurdo.
María Eulalia Vicuña
María Eulalia Vicuña, influenciada por su hermano Manuel María, había decidido ya llevar un estilo de vida sobrio que le permitiera un mayor acercamiento a las jóvenes que llegaban a Madrid sin más equipaje que un sueño en el corazón y un pequeño atillo al brazo, ni más preparación para el trabajo que el manejo de su propias manos.
El Hospital General se convierte para María Eulalia Vicuña en la definitiva puerta de acceso a la obra social y apostólica mediante la que podrá liberar de la ignorancia, del pecado, de la explotación laboral, de la seducción de las mafias… a un incontable número de mujeres en Madrid… Su sobrina, santa Vicenta María López y Vicuña echará más tarde los cimientos de una Institución que dure más que los particulares, para garantizar la continuidad de la obra iniciada por sus tíos, y llevará la obra a otras ciudades españolas. M. María Teresa Orti, romperá el cerco de España y de Europa…
Santa Vicenta María
Porque «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24)… 
De la murciana doña María de los Ángeles Melgar, apenas sabemos que nació el 3 de agosto de 1811, que permaneció soltera y que murió en Madrid, el 28 de marzo de 1849, siendo Hermana Mayor de la Congregación de la Doctrina Cristiana establecida en el Hospital General de Madrid, lo que sí sabemos es que su muerte fue un estallido de luz pascual en la Iglesia y que esa se ha extendido para seguir iluminando y dando sentido moral, cristino, social y cultural a la vida de muchas mujeres jóvenes a quienes la necesidad obliga a alejarse de su propia familia y de su ambiente en busca de mayor formación y cultura o de un trabajo digno y justamente remunerado.

martes, 8 de marzo de 2016

Un día como hoy... 8 de marzo

Corría el año de 1862, y era el sábado 8 de marzo...
La Basílica y el desaparecido convento de San Francisco, Madrid.
Manuel María Vicuña y su hermana María Eulalia, pusieron en marcha la 2ª casa de huérfanas y sirvientas, para evitar pueda haber en el establecimiento personas que no conviniesen para el orden y recogimiento del noviciado, se establecerá una casa, dependiente del mismo, en que sean admitidas cierta clase de sirvientas, según se había acordado entre las condiciones con que determinaron el establecimiento de un Noviciado para las Hermanas Terciarias del Carmen dentro del edificio situado en la plazuela de San Francisco de Madrid. Para ello, los hermanos Vicuña tomaron en arriendo, con fondos de familia, unas habitaciones del ex-convento de S. Francisco.
Unos días más tarde, doña María Eulalia lo comunica con satisfacción a su cuñado, don José María López:

Nosotros tenemos que dar muchas gracias a Dios porque nos deja en medio de nuestros malecillos andar en las obras de caridad como si fuésemos unos muchachos.

El día de S. Juan de Dios hemos dado principio a la 2ª casa para sirvientas bajo los mejores auspicios y con muchos elementos. Yo me encuentro fuerte y valiente para esta nueva fundación porque veo que para esto tengo más salud que para cosas materiales y de ninguna ganancia para el alma.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Un día como hoy... 2 de marzo

Un día como hoy, el 2 de marzo de 1869, fallecía en Madrid Manuel María Vicuña y García, alma e impulso de las obras de caridad llevadas a cabo por su hermana María Eulalia y un grupo de mujeres que la secundaban y ayudaban hasta hacerse una con ella.
Manuel María defendió como nadie la obra de acogida y formación de las jóvenes, que a mediadios del siglo XIX, se veían obligadas a abandonar sus hogares en busca de un trabajo remunerado que aliviara las necesidades básicas de ellas y de sus familias. Entre sus escritos, contamos con una contestación hecha por Manuel María en mayo de 1860, cuando sus compañeros tomaron algunas decisiones que iban en contra de los intereses de las jóvenes más necesitadas y amenzaban con malograrla:

  Después de dar gracias a la junta por su deferencia en parte hacia mi opinión expuesta en mis comunicaciones anterio­res, me creo por lo demás en el caso de manifestar que mis convicciones son cada vez mayores respecto a la inmensa importancia y necesaria ejecución de nuestra obra a favor de las sirvientas, consignada en los Estatutos y aceptada en principio, que es lo que corresponde, por parte de los Sres. propietarios de la casa en el acta de convenio para la erección del Noviciado, suscrita por los mismos con el Excmo. Sr. Claret y con el Sr. Tenorio. Dios permite que yo tenga que apoyarme en estos dos documentos para sostener una fundación que principiada hace siete años sin más recursos que la Providencia cuenta hoy con tantos o mayores que cualquiera otra de las de su tiempo, teniendo además en su favor no solo la más decidida voluntad de las Señoras asociadas que se han consagrado a trabajar en ella, sino también el interés recíproco de todas las clases de la sociedad o público de Madrid. Así pues, yo quisiera que los Sres. que son dueños conmigo de la casa adquirida para dicho establecimiento alentaran su buena voluntad conside­rando que nuestra importante misión de caridad consiste principal­mente en hallar y establecer permanentemente los medios de relación entre dos tendencias mutuas y necesida­des recíprocas, que ofrecen grandes resultados finales, esto es, la de las sirvientas, que buscan casas de confian­za, y la de éstas, que anhelan tener buenas criadas. Al discurrir yo sobre las dificultades que se presentan para resolver este problema, creo compensadas providencialmente las penalidades que éstas producen con la satisfacción que experimento cuando a la luz de la reflexión, respecto del porvenir se me abren nuevos horizontes. Iré diciendo lo que considere más oportuno.
  Sin elevarme a disertar respecto a cuanto pueden en la mujer los sentimientos del pudor, ni sobre las causas que muchas veces llegan a oscurecer estos, me basta por ahora, llamar la atención acerca de que casi todas las familias pobres y muchas que no lo son enteramente tienen que sacar para los pueblos mayores a fin de colocarlas de sirvientas sus jóvenes hijas en la edad más crítica por el desarrollo de las pasiones, y por los riesgos a que se ven expuestas. Esta muchedumbre de jóvenes, casi innumerable en Madrid, fluctúa en medio de los azares de la sociedad, porque carecen de sus madres o familias que las vigilen y dirijan, ni aún existen ya las ideas que hacían punto de honor a continuar los frecuentes desacomodos y demás inconsidera­ciones tan frecuentes hoy en el servicio doméstico; y así, vienen a ser tantas incautas víctimas de la disolución e instrumento principal de la perversión pública. Pero aún en este estado, acérquese a ellas la caridad vivificadora, y serán las menos o muy pocas las que no se levanten de su lecho de muerte. Guiados por el ejemplo de los santos más distinguidos por su caridad con los pecado­res, así nos lo atestigua la diaria experiencia. ¡Cuánto más no podrá conseguirse de las jóvenes no estragadas si se las protege y dirige! Mas, entretanto la desmoralización crece hasta el punto de que, a cada hora las criadas hacen inseguras las casas de sus amos; y para ocurrir (sic) a tanto mal, todas las clases acomodadas desean preservativos y remedios, de modo que para contrarrestar en su origen la corrupción de costumbres puede contarse, después de Dios, con el grande móvil de los intereses particula­res, que buscados con acierto nos darán la cooperación mayor o menor de todas las familias que necesiten sirvientas. Así pues, debemos comprender, que el grande medio para llevar a cabo nuestra importante misión consiste en traer a centros determinados estos intereses recíprocos, haciendo que nuestra obra descanse sobre institu­ciones que tengan un lazo común y a donde procuremos venir, directa o indirectamente, en el mayor número posible, las sirvientas y las amas o Sras. de casa. Este lazo es la enseñanza, particularmente de la Doctrina cristiana; y la institu­ción para la generalidad de las personas es la de las escuelas dominica­les que sean convenientemente estableci­das para adultos. Aquí vienen a enlazar mis ideas no sólo con las del Sr. Teno­rio, sino también con las del P. Cuevas, fundador de las dominicales en España.


jueves, 25 de febrero de 2016

Un día como hoy... 25 de febrero

Beato Ciriaco María Sancha
En Toledo se lloraba... en Toledo se rezaba... en Toledo se suplicaba al cielo la gracia de la salud para el Cardenal Sancha, aquel gigante de la caridad que la Providencia quiso pequeño de estatura, tal vez para que los más pequeños y los más pobres lo sintieran muy cercano...
La salud del Cardenal era objeto de la oración de todos los que rezaban... y el íntimo deseo de los que pensaban que no sabían rezar...
Al cuerpo del Cardenal ya no le quedaban fuerzas... ni a su cartera dinero... ni a sus armarios ropas... ni a su despensa comida... Pero el Cardenal no quería abandonar a ninguno de los hijos que la Providencia que le había dado... y su corazón misericordioso alcanzó misericordia... liberado de aquel cuerpo cansado y enfermo el Cardenal Sancha estaría más cerca de todos y más presente a las necesidades de quienes le tendían la mano, le suplicaban consuelo, le imploraban ayuda...
En la calle del Ángel dejaba el Cardenal Sancha el colegio para jóvenes sirvientas en el que se cantaba desde hacía ya unos días la Letanía de los Santos para pedir su salud... El día 24 de febrero, miércoles de ceniza, las palabras del sacerdote: "Memento homo, quia pulvis es et in pulverem revertis" cobraron un acento particular... y redoblaron fervor y oraciones porque sabían mucho aquellas religiosas y las jóvenes de la bondad y delicadezas del Cardenal... y no querían que se fuera. Al día siguiente, el 25 de febrero, el Cardenal Sancha, se abandonó definitivamente en el corazón misericordioso del Padre, para seguir desde allí latiendo al unísono con el Amor Misericordioso de Dios y las necesidades de cuantos aparentemente dejaba huérfanos y de cuantos hoy le seguimos pidiendo el ardor de su caridad y su solicitud por la unidad de la Iglesia.


martes, 23 de febrero de 2016

23 de febrero... Beata Rafaela Ybarra

Beata Rafaela Ybarra (*1843-+1900)
Un día como hoy, el 23 de febrro de 1900, nació para el cielo la beata Rafaela Ybarra de Vilallonga...
Doña Rafaela mantuvo estrechísima relación con la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada desde que en abril de 1888 visitara por vez primera la Casa Madre en Madrid, calle de Fuencarral. Al año siguiente, el 23 de marzo se encontró personalmente con santa Vicenta María en Barcelona. Pero con quien anudó una profundísima amistad fue con M. María Teresa Orti, con quien parece que se encontró por vez primera en Sevilla, en el mes de abril de 1888, después de haber visitado la Casa Madre.
Los dos último encuentros entre la beata Rafaela y M. María Teresa, son el mejor testimonio de cuan honda fuera su relación.
En el mes de noviembre de 1899, la beata Rafaela viajó a Madrid ya muy enferma y tuvo la inmensa alegría de hospedarse en el Colegio de María Inmaculada. Su biógrafo, el P. Camilo Abad SJ, recoge algunos fragmentos de sus cartas desde Madrid en aquellos días.
El día 8 escribió a su director espiritual, don Leonardo Zabala:
"¿Quién le parece, Padre, que me ha acompañado al reconocimiento? Para Mariano era temprano, además de que quizás no era tan propio. La Duquesa de Abrantes, que deseaba acompañarme, tenía algún inconveniente. Pedí, pues, a Madre María Teresa [la Generala de las Religiosas de María Inmaculada] me diera alguna chica o mandadera, y ¡ella misma es quien me ha acompañado! ¡Pobre Madre! Es demasiado buena conmigo. Dios se lo pagará. Nos pasamos muchos ratos reunidas: a mí me convienen muchísimo sus instrucciones. Ha pedido permiso al Prelado para colocarme en una habitación que están dentro de la clausura, y para que un día pueda comer en comunidad; el Sr. Arzobispo, tan atento y bondadoso, ha accedido a todo, añadiendo no podía visitarme por estar de confirmación."
Al día siguiente escribe al P. Casado SJ: 
"Y yo ¿qué haré para mi regreso? Es tan hermoso hacer tan sólo lo que Dios quiere, que estoy algún tanto dudosa. Mañana espero haber terminado el objeto que aquí me trajo; podía, pues, marcharme mañana vieres, o el sábado; y a la verdad, a eso me inclino. La Madre General del Servicio Doméstico, en cuyo convento estoy alojada manifiesta deseos de que me quede hasta San Estanislao por la noche, por salir este día de Ejercicios parte de la Comunidad que ahora los está haciendo. Mi gente de los Santos Ángeles sentirá mucho si me quedo; pues, además de las condideraciones ordinarias, hay la de la devoción de los Siete Domingos, que, como sabe V.R., la hemos tomado con tanto interés, y parece que la separación la enfría algún tanto."
M. María Teresa Orti (*1855-+1925)
El regreso de la beata Rafaela a Bilbao hubiera señalado el último encuentro con M. María Teresa Orti, pero la Madre viajó a Bilbao porque se lo pidió doña Rafaela, y aunque había recibido ya la Unción de los enfermos, pasaron juntas hasta el día 10 que M. María Teresa salió de Bilbao.
El día 1 de febrero de 1900, la Madre llegó a Bilbao con dos horas de retraso, pero ese mismo día fue a visitar a la enferma y cuenta M. María Isabel Méndez, que la acompañaba, que "al ver doña Rafaela a la Rma. Madre, su semblante se animó de tal suerte que no aparecía la gravedad en ella, estuvo hablando un largo rato con la Rma. Madre y le pidió que todos los día que estuviese en Bilbao fuese a verla un ratito".
El día 8, Doña Rafaela "se empeñó en que la Rma. Madre hiciese en su nombre una visita al Colegio de los Stos. Ángeles, a las 3 Dª Luisita de Urquijo vino en su coche a buscar a las Madres para ir al Colegio, estuvieron visitando todas las dependencias del mismo, incluso la parte de la Comunidad y noviciado, en las clases las chicas cantaron los versos que suelen cartar a Dª Rafaela cuando las visita y todas las M.M. y Hermanitas estuvieron sumamente cariñosas y alegres al ver la visita de la Rma. Madre; a la vuelta fue la Rma. Madre a ver a Dª Rafaela y darle cuenta de la visita al Colegio despidiéndose ya de la enferma para volver a Madrid el sábado. Dª Rafaela con pena dejó marchar a la Rma., Madre a quien dio pruebas de verdadero cariño y deferencia".
M. María Teresa salió de Bilbao con los sentimientos de quien sabe que no volverá a ver en este mundo a una amiga tan querida. La víspera de su viaje, las chicas prepararon una fiestecita para despedirla, según es costumbre, pero lo hicieron "solo las internas, pues por la gravedad de la Sra. Dª Rafaela no era prudente que las externas tuvieran esta clase de fiestas".
El día 23 de febrero, anotan las crónicas de la comunidad de Religiosas de María Inmaculada en Bilbao: "Muere Dª Rafael Ybarra a las dos y media de la madrugada. Desde las cinco de la mañana empezaron a ir grupos de nuestras chicas todas vestidas de negro, con su medalla de Hijas de María, para oir la Misa y acompañar el cadáver; por la noche se quedaron seis velando toda la noche."
El día 24 fueron todas las chicas que había en casa a oir las misas a casa de doña Rafaela y comulgaron en su oratorio. El resto del día velaron el cadáver en grupos de seis y por la tarde fueron a entierro, las Hermanas y 30 chicas con el uniforme del Colegio.

viernes, 19 de febrero de 2016

Un día como hoy... 19 de febrero



1843
Nuestra Señora del Puy - Estella
En la basílica de Nuestra Señora del Puy, en Estella, el domingo 19 de febrero de 1843, se celebró la “Misa de velaciones”, siguiendo la costumbre de la época, de los recién casados: el abogado José María López y Giménez y la estellesa María Nicolasa Vicuña y Garcia. Habían contraído matrimonio canónico dos días antes en la iglesia de San Juan Bautista de la misma ciudad de Estella.
La boda proporcionó la mejor ocasión para ver reunidos a todos los hermanos Vicuña García, porque desde Madrid viajaron a Estella don Manuel María y doña María Eulalia. Celebrada la Misa de Velaciones, viajaron todos a Cascante donde el nuevo matrimonio estableció su domicilio, y María Dominica se quedó viviendo junto al tío sacerdote, don Joaquín García Rincón. Con la velaciones se imploraba la especial bendición de Dios sobre la nueva familia y parece que en algunos lugares llegó incluso a pedirse la gracia de un hijo sacerdote. Para el matrimonio López-Vicuña no sabemos si se imploraron gracias especiales, pero la Virgen les alcanzó mucho más de lo que se hubieran atrevido a pedirle: iban a ser padres de una niña a quien la Iglesia registraría en el albo de los santos en aquella misma fecha: santa Vicenta María López y Vicuña.

1915
El viernes después del miércoles de Ceniza, 19 de febrero de 1915, se vivió en la Casa Madre del Instituto con un particular regocijo: en la Capilla del Palacio Episcopal de Madrid, a las once de la mañana, se inició el Proceso Informativo para la beatificación y canonización de santa Vicenta María López y Vicuña. Asistieron al acto M. María Teresa Orti, M. María Sofía Herrero, M. María de la Soledad Oliver, M. María del Pilar Gato, M. María del Sagrario Cano, M. María Gertrudis Marrugat, M. María del Socorro Peñalver, H. María Luisa Mora, H. María Berchmans Gabilondo y las novicias H. María de San Fernando Urrutia, H. María Pilar de la Cruz Loigorri y H. María Susana Cárdenas. La ausencia más significativa fue, sin duda, la de M. María de la Concepción Marqués a quien un catarro le impidió poder desplazarse hasta la Curia eclesiástica.

1950

La Beata Vicenta María en la gloria de Bernini


Desde la muerte de la Madre Fundadora, en la Congregación latió siempre el deseo de ver llegar el día en el que la Iglesia reconociera oficialmente lo que todas sabían. Cuando en 1921 M. María Teresa Orti entregó en Roma en Proceso Diocesano, el Santo Padre Benedicto XV manifestó su deseo de que aquello fuera rápido, pero le sorprendió la muerte en enero de 1922 y los trámites siguieron en lento curso de la Curia. 
Al cumplirse los cien años del matrimonio entre don José María López y doña María Nicolasa Vicuña, el Santo Padre Pío XII, proclamó Venerable a su hija y, siete años más tarde, el domingo 19 de febrero del Año Santo de 1950, llegó el gran día que Religiosas, amigos, bienhechores y devotos habían suspirado con tanto afán: en la Basílica de San Pedro, adornada con cinco tapices de la nueva Beata, se celebró la Solemne Ceremonia de la Beatificación de la Madre Vicenta María López y Vicuña. 
El Santo Padre Pio XII reza ante la nueva Beata
Por la tarde, S.S. el Papa Pío XII bajó a la Basílica para venerar la Reliquia de la nueva Beata. Asisten, la Rvdma. Madre General y su Consejo. Rvdas. Madres Superioras Provinciales, Locales y otras religiosas en representación de las diferentes Casas. 
Inés Deán y José María Ullate entre los asistentes.
Allí estaban las representaciones oficiales, los que habían recibido la gracia de los milagros obtenidos por intercesión de la Beata: Inés Deán Güelbenzu y José María Gómez Ullate, allí estaban las chicas, los amigos, los bienhechores… Aquella fue una jornada extraordinariamente grande, que nunca se pudieron olvidar ninguno de los presentes.


miércoles, 10 de febrero de 2016

Un día como hoy... 10 de febrero

1870: Fallece en Madrid, doña Ana Segura, viuda de Rosich, colaboradora en la Obra de las Sirvientas. Doña María Eulalia pide a todas las acogidas que ofrezcan una vez la Comunión en sufragio de su alma. Algunas lo hicieron en particular y un grupo de 44 jóvenes,  se reunieron el día 27, domingo de carnaval, en una Misa de comunión general.




1887: La salud de santa Vicenta María sufrió una preocupante quiebra en el mes de enero y, con ese motivo viajaron a Madrid M. María Teresa Orti desde Sevilla y M. María de la Paz Carrera desde Zaragoza. El día 10 de febrero regresaba M. María de la Paz a su casa en Zaragoza con otra Hermana y algunas niñas. Todo fue normal hasta Alcalá de Henares, donde M. María de la Paz y su compañera protagonizaron una anécdota de viaje, que no iba a ser la última entre sus hermanas de Congregación pero dio para animar algunos ratos de recreo. La noticia la recibió la M. Fundadora en Madrid de la pluma de M. María de la Paz:
Alcalá de Henares. Estación de ferrocarril.
Alcalá de Henares a 10 de febrero de 1887
Madrecita de mi alma y corazón: gracias a Dios que dándome a conocer mi chochera y ¿qué más? nos ha hecho grandísimos favores. No sé V.R. como  lo calificará. Nos bajamos en la estación ésta las dos graves y al querer entrar nos... quedamos. Gracias a Dios no nos cuesta dinero y mañana saldremos en el mixto a las 8, las niñas siguieron y el Jefe de estación ha puesto un parte para que no las detengan y espero en Dios que llegarán bien porque la francesa dirigirá la operación.
El jefe muy compadecido nos encaminó a las Has. de la Caridad y la Hª se acordó cerca del asilo de esas Has. de unas Sras. amigas (Dña. Soledad), pero seguimos a las de la Caridad por no volver atrás pero las buenas Has. con mucha finura nos dijeron que el portero nos acompañaría a casa de una Sra. que nos conocía (la de Rosado) pero como no la conocíamos nos vinimos a Dña. Soledad donde nos han recibido como no merecemos. Dios se lo pague. Dormimos junto a la capilla con un ventano a ella y el jefe nos autoriza los billetes. A no ser así pensábamos volver a Madrid para que nos costara menos porque al seguir creíamos pagar billete entero.
A Dios hasta escribir en Zaragoza, esta va por si llegan Vds. a enterarse y estuvieran intranquilas. Espero pasar muy buena noche a pesar de todo porque Dios nos ha favorecido.
Su hija
Sor Mª de la Paz

1888: Las Religiosas de María Inmaculada inauguran su casa en Barcelona, calle de Condal. Por la mañana celebró la Misa D. Ricardo Cortés, Canónigo Penitenciario de la Catedral y dejó reservado el Santísimo en el cuarto Sagrario del Instituto. Aquel día quedó nombrada superiora de la nueva casa y colegio de María Inmaculada, M. María Isabel Méndez Casariego. 

lunes, 8 de febrero de 2016

Un día como hoy... 8 de febrero

Capilla de las RMI en Málaga
1903, En Málaga, el P. Francisco Javier Alcalá Orti SJ, celebró la Misa que señalaba la inauguración oficial de la nueva casa que las Religiosas de María Inmaculada abrían en la ciudad de Málaga.
Aquel mismo día por la tarde, el señor obispo de la diócesis, Dr. Juan Muñoz y Herrera, dio la bendición con el Santísimo a la comunidad, y a las jóvenes y bienhechores que les acompañaban.
Las primeras religiosas, que habían llegado a Málaga en octubre de 1902 y no pudieron ver oficialmente inaugurada la casa hasta el 8 de febrero de 1903, vivieron el acontecimiento con redoblada alegría y gratitud. El P. Alcalá, había impuesto por la mañana, la toquilla de postulante a la señorita Dolores Murciano, a quien el Prelado dirigió una paternal exhortación..

Dolores Murciano, una semilla de fruto prematuro que alcanzaría tantas gracias para aquella casita de Málaga, era natural de Vélez Málaga; había recibido el sacramento de la Confirmación de manos del beato Marcelo Spínola. y tenía 22 años cuando fue admitida en la Congregación. Desde Málaga viajó a Madrid para hacer su primera formación en la Casa Madre del Instituto. Al vestir el hábito religioso le impusieron en nuevo nombre de ‘María del Tránsito’. Hizo sus primeros votos en Madrid el 1 de septiembre de 1905 y fue destinada a Bilbao, donde sufrió una seria quiebra en su salud. La M. General decidió entonces su traslado a Burgos, donde falleció el 11 de noviembre de 1907. Un año y medio más tarde, su hermana Carmen, que tenía ya 29 años pidió ser admitida en la Congregación y le impusieron la toquilla de postulante en Córdoba el 26 de abril de 1909. Al vestir el hábito eligieron de nuevo el nombre de su hermana alterando el orden y la llamaron Tránsito de María. Cuatro años de vida religiosa fueron los de su hermana y ella le doblaría con alguna holgura, pero también maduró pronto, y el Señor le dirigió su postrera llamada desde la Casa Noviciado de Ríos Rosas el 28 de junio de 1918.

Decenas de malagueñas siguieron sus pasos y, si bien es cierto que no todas perseveraron, no es menos cierto que muchas de ellas consumaron su generosa entrega dejando tras de sí una estela de santidad que nos anima y atrae.