Santa Vicenta María no había cumplido aún
los 32 años de edad cuando un vómito de sangre puso el inequivocable sello de la
tuberculosis en su vida… la naciente Congregación fundada por ella marchaba
aún en primera y aquella era, humanamente hablando, la peor noticia porque el mal no tenía cura. Ante
esta «sentencia de muerte» se alarmaron sobremanera todos, menos la enferma.
Cuando en el mes de junio hizo su experiencia anual de Ejercicios espirituales,
escribió en sus notas personales: «Aunque con necesidad de reflexión,
estoy resuelta Dios mío a tener vida corta, a lo demás con más facilidad me
conformo. Yo no quiero en absoluto más que en todo se cumpla vuestra voluntad
santísima».
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Iglesia de El Molar |
Los médicos se apresuraron a enviarla a Panticosa en el
Pirinero aragonés y allá se fue desde Zaragoza, en agosto de 1879, por Jaca,
Huesca y Tardienta. Llegado el verano de 1880, los médicos pretendieron que se
repitiera el viaje, pero la Madre opuso toda su resistencia y ellos dejaron que
ella les ganara el pulso, a una condición: tomar durante unos días las aguas
sulfurosas de la Fuente del Toro en el Balneario de El Molar, al norte de la
provincia de Madrid.
El lunes 12 de julio, a las tres y media de
la tarde, salió de Madrid la Madre Fundadora con dos que ya habían ido allí el
año anterior: H. Carmen López y H. Presentación Beamonte. Después de cinco
horas de viaje, las recibió el sacristán y las acompañó a la casa de D. Eduardo
de la Morena, en la calle Real, donde tenían a su disposición una sala grande
con alcobas.
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Parque del Balneario de la Fuente del Toro |
El primer día de su estancia en El Molar se
levantaron a las seis y se fueron a la iglesia
donde encontraron una Misa ya empezada y comulgaron «agarrándose – dice la
Madre – a la costumbre que hay de comulgar el día que se sale y que se llega a
algún punto».
Desde la iglesia fueron a la fuente donde
las visitó el médico y diagnosticó la misma afección a los bronquios en las
tres y les recetó, además del agua, inhalaciones mañana y tarde.
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Casa antigua en la calle Real (actual Correo) |
Lo de las
inhalaciones le sentó regular a Santa Vicenta María porque tenía muy poca fe en
eso, porque le costaba cada una 2 rs., porque la boquilla de cristal le costaba
10 rs. y ya había comprado una en Panticosa, que al parecer se había quedado en
Zaragoza. Por si acaso, avisa a Madrid que si la ven por allí se la manden con
la diligencia, que el mayoral que sale a las tres y media de la tarde es de
mucha confianza.
Después de diez días de tratamiento regresó Santa
Vicenta María a Madrid.
Si el grano de trigo cae en la tierra y muere da mucho fruto...
El 12 de julio de 1910 se firmó el decreto de aprobación para la fundación de una casa en Oviedo...
El 12 de julio de 1912, una Real Orden declaraba el carácter de Beneficencia de la Congregación...
El 12 de junio de 1958, el Arzobispo de Milán, Monseñor Montini, futuro san Pablo VI, el mismo que años más tarde proclamaría la santidad de la Madre Fundadora, recibía en Milán a la Superiora Provincial con su Asistente y la Superiora de la casa de Roma, llamadas por él mismo para que vieran una casa en la que se pretendía una nueva fundación del Instituto. Mientras tanto, en Burgos, la Madre
General, María de la Redención Navas, que abrió puertas y ventanas a los
cambios que traían la Iglesia y la sociedad del siglo XX, se reunía el 12 de
julio de 1958 con todas las Superioras de la Provincia de María para un
encuentro de formación con conferencias del P. Jesús Solano S.J.