Reparación de las faltas contra la uni6n y caridad fraterna
El
Corazón Eucarístico
(Tomado de: H- Rossana Huamán Gutiérrez RMI, La devoción al Sagrado Corazón de Jesús en
Santa Vicenta María López y Vicuña.)
Don de amor es la Eucaristía para Vicenta
María. El lugar donde ella misma aprende a ser don para los demás. "El
amor se prueba con la comunicación de bienes"; y desde esta certeza
exclama:
"¡Cuánta liberalidad la de mi Señor, cuánto
deseo de comunicarme todos sus bienes, dándoseme a Sí mismo en el Santísimo
Sacramento!"
Su reacción personal es inmediata:
"Esforzarme a conocer la
grandeza del don que nuestro Señor nos dio en la sagrada Eucaristía, y la
gracia que a mí me hacer de hacerme participante con tal frecuencia. ¡Ay, Dios
mío, cómo debiera yo vivir!".
No es, pues, de extrañar que enumere entre
las señales de tibieza el "comulgar sin fruto".
La comunión espiritual es medio favorito de
la Santa para intensificar la continua presencia de Jesús y para evitar
distracciones. En la reforma de sus Ejercicios de 1878 y en un triduo de
renovación en 1881 escribe: "Puntualidad en hacer cada hora una
comunión espiritual".
Para Vicenta María, el Sagrario fue lugar
privilegiado de encuentro personal con Cristo, lugar de confidencia y
abandono. Amaba las visitas largas al
Santísimo -una devoción que había aprendido desde niña- y se propone, en los
Ejercicios de 1888, dedicar a ellas algunos ratos extraordinarios:
"Propongo cuando tenga tiempo, dedicar un rato
extraordinario a algún ejercicio de meditación, lectura o visita más larga al
Santísimo, para poder conservarme con algún lastre en el interior y andar
recogida y unida a Dios."
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