jueves, 15 de octubre de 2020

15 de octubre: Santa Teresa de Jesús

 

Conservado en la
Comunidad de Sevilla

La Comunidad de Sevilla conserva un dibujo de Santa Teresa de Jesús que Santa Vicenta María dedicó a su tía, doña María Eulalia. No deja de sorprender que la dedicatoria esté fechada en el mes de febrero y no en diciembre, cuando su tía celebraba el onomástico. En el mismo dibujo Santa María escribió:

Dedicado a mi tía Eulalia

16 de Febrero de 1865

Vicenta Ma López

 

Conservado en la
Comunidad de Milán
Lo cual no deja margen de error, pero tal vez encontremos una justificación a esa fecha nada significativa, en otro dibujo original que conserva la Comunidad de Milán, sin dedicatoria y con unas manchas que dejó en él algún líquido caído sobre el mismo. A sus 17 años, Vicenta María pudo considerar que no se merecía su tía, en el día de su santo, un trabajo defectuoso y dibujó otro que no pudo completar hasta el mes de febrero

Sea como fuere, que la Madre Fundadora tenía especial devoción y admiración a Santa Teresa no deja lugar a dudas.

En sus viajes lamenta no imitar la austeridad de Santa Teresa «cuando iba a hacer sus fundaciones»[1].

Si el futuro aparece incierto anima a prescindir de todo y repetir «aquello de Santa Teresa: Vuestra soy, para Vos nací, haced lo que queráis de mí. Aleje la tristeza cuanto pueda»[2].

Mientras descansaba en Torre del Campillo (Daroca), disfrutaba escuchando la lectura de las obras de Santa Teresa que doña Antonia Ponz de Campillo leía «con muy buen sentido»[3].

Le tocó vivir un centenario Santa Teresa (1882), con pena de que en Madrid no se celebrara como merecía, con gozó al conocer las celebraciones que hubo en Cascante y dando especial realce a la fiesta en comunidad. Así lo contaba a su padre: «Mucho me alegro que mis paisanos se hayan movido a celebrar el centenario de Santa Teresa; en Madrid no es mucho lo que se ha celebrado para lo que la Santa merece. Aquí tuvimos por la tarde manifiesto y una hermosa plática sobre el asunto por un sacerdote a quien oímos por primera vez, y tanto me gustó, que pienso pedirle nos predique el sermón de la Purísima.»[4]

Si le asaltaba la duda acerca de lo que tenía que hacer, en Santa Teresa encontraba la manera de conocer la voluntad de Dios: «pensé hacer lo que hacía Santa Teresa cuando tenía dudas, ir al confesor del punto donde estaba y siempre dice que ponía Dios en sus labios lo que era su voluntad.»[5]

Cuando las circunstancias eran dolorosas, los versos de Santa Teresa valían para encontrar el verdadera sentido: «Los versos de Santa Teresa los mandé porque la monja que enviaba el pañito me los mandó, y como decía que la cruz es el camino del cielo, y estábamos al pie de ella, me parecieron oportunos.»[6]

El 15 de octubre, ha sido siempre un día grande en la Congregación y se celebró de una manera muy particular: por la gran devoción que le tuvo Santa Vicenta María, porque la nombró patrona de las religiosas profesas del Instituto, porque la consideró ‘maestra’ para sus religiosas.

En el primer proyecto de Constituciones, no duda en poner la doctrina de la Reformadora del Carmelo como referencia para alcanzar la perfección de la obediencia: «La obediencia debe ser ciega y para que sea tal necesita de verdadera abnegación de la propia voluntad y juicio: […] santa Teresa decía que aunque todos los Ángeles le hubiesen dicho que hiciese alguna cosa, si su superiora le mandase lo contrario hubiera preferido la orden del Superior»[7].

El primer nombre que Santa Vicenta María decidió para imponer a una novicia fue el de ‘Teresa’ y tan bien acertó con él que lo impuso a la que el Señor llamaba para ser su continuadora: M. María Teresa Orti gobernó el Instituto durante treinta y cuatro años largo.

Tal ve no es un caso que Santa Vicenta María eligiera el día de la fiesta de Santa Teresa para hacer la renuncia legal de todos sus bienes en favor del Instituto, el día 15 de octubre de 1888.


Las celebraciones de la fiesta de santa Teresa durante el largo generalato de M. María Teresa Orti pusieron una nota particular de honda fraternidad entre todas las comunidades del Instituto. Fue el de 1909, el de “la Semana Trágica” de Barcelona, un año de particular sufrimiento, al llegar el mes de octubre, entre los regalos ofrecidos a la Madre General, había una estampa con una oración impresa, para repartir a todos los miembros del Instituto, con el fin de aunar sus oraciones por M. María Teresa.

 El 15 de octubre de 1925, ya faltaba M. María Teresa Orti pero el Instituto celebró su santo de una manera muy especial: ese día se empezó a tener la Exposición diaria del Santísimo Sacramento en las casas de la Congregación[8].



[1] Cartas, n. 341.3; 367.2.

[2] Cartas, n. 366.2, a H. María Teresa Orti.

[3] Cartas, n. 555.1.

[4] Cartas, n. 663.2.

[5] Cartas, n. 717.2.

[6] Cartas, n. 730.3.

[7] Reglitas provicionales [27].

[8] AnMC VII (1925) 33-34, pp. 5-8.

1 comentario:

  1. Gracias H. Ma Digna!!! Por "hacer memoria" de tan importantes acontecimientos de nuestra historia congregacional, muy unidas a todas🙏

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