Han pasado ya 150 años desde aquel domingo 15 de marzo de
1868 en el que una joven, a punto de cumplir sus veintiún años respondió a una
pregunta que frustraba ilusiones y abría de par en par las puertas a un
infinito mundo de sueños y proyectos de vida eterna...
Santa Vicenta María terminó los Ejercicios espirituales en
el Primer Monasterio de la Visitación Real de Madrid bajo la dirección del P.
Luis Pérez SJ y con el apoyo de la oración de toda aquella venerable
comunidad...
Primer y Real Monasterio de la Visitación. Madrid |
Fue con su tía Sor María Dominica Vicuña con quien rompió el
silencio celosamente guardado durante diez días. Su tía la miró fija a los ojos
y tal vez adivinó la respuesta antes de formular la pregunta... pero la
comunidad de Salesas de aquel Monasterio necesitaba saber si se confirmaban sus
ilusiones de ver a aquella joven incorporada a sus filas... y Sor Dominica hizo
la pregunta: "¿Qué resolución has tomado?" y su sobrina con una
expresión más propia del cielo que de la tierra... miró con ternura y
complicidad a su tía mientras sus labios dejaban que el corazón hablara:
"Alegrémonos en Dios tía que
es quien así lo ha querido y por quien hemos de quererlo también nosotras: ¡las
chicas han triunfado!".
Dibujo de M. María de Porta Coeli Mezquita rmi |
El final de la respuesta se convirtió más tarde en un slogan
que se ha transmitido de generación en generación... que hemos repetido sin
cansarnos todas las Religiosas de María Inmaculada, que las jóvenes han
pronunciado, exclamado, gritado y cantado sin cantarse... un slogan que hemos
escrito en todos los colores y con todos los tipos de caracteres... un slogan
que es mucho más que eso...
En el silencio hemos ido dejando la verdadera respuesta:
"Alegrémonos en Dios tía que es quien así lo ha querido y por quien hemos
de quererlo también nosotras". Para santa Vicenta María no hay nada que pueda
ensombrecer la voluntad de Dios cuando Él se manifiesta tan claramente...
Aquellos Ejercicios son la mejor síntesis de su programa de
santidad. El día 4de marzo, en sus notas de la meditación preparatoria
escribió:
"me esforcé algún tanto a
entregarme totalmente a Dios, queriendo estar atada de pies y manos, y deseando
hacer lo que Su Majestad quisiera únicamente; y pensé que querría, en la
práctica, el cumplimiento de aquellas sus palabras: "el que quiera
venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16,4). Traté
de prometer seguir esta doctrina negándome a todos mis gustos, etc"
Y la primera meditación
del primer día sobre el Principio y Fundamento, la termina, como si fuera la
última y resumen de los Ejercicios:
"Soy
propiedad suya y a El solo le pertenezco. De consiguiente, de todos los dones
que me ha dado, he de usar según Su Majestad quiera, pues cada uno dispone de
sus cosas. Me ha creado con el fin de servirle aquí y de gozarle en la otra
vida. Mi memoria no se emplee más que en aquello que agrade a Su Majestad; mi
entendimiento sólo en conocerle y en todo aquello que redunde en gloria suya; y
mi voluntad en amarle y hacer cuanto exija, pues es suya, y sería una
injusticia apropiármela y abusar de ella inclinándola a practicar mis
caprichos, etc. Pues os diré con S. Ignacio: "Tomad, Señor, y recibid toda
mi libertad, mi memoria, entendimiento y toda mi voluntad, cuanto tengo y poseo
a Vos lo devuelvo, pues Vos me lo disteis: todo es vuestro, disponed de ello a
vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia que esto me basta y con ello seré
bastante rico" (EE 234). Toda para Vos; no
haya más voluntad propia."
Podríamos seguir repasando textos de aquellas notas... pero
recogemos solamente una resolución escrita en su reforma de vida cuando, al
tomarse el pulso, reconocer sus resistencias a seguir las inspiraciones
divinas:
Prontitud en dar al Señor cuanto
exija de mí, absteniéndome de todo gusto y ejecutando todo lo que sea de su
agrado, cueste lo que cueste. Conozco que Dios lo quiere: pues, basta, aunque
me repugne. ¿No soy suya? ¿No me ha sacado de la nada? ¿No me ha comprado con
su sangre? En lugar de haberme arrojado al infierno al primer pecado que
cometí, me esperó, y por tantos medios me ha llamado: ¿aún me negaré a darle
esta voluntad que es lo único que puedo darle? ¡Con una gota de sangre hubiera
podido redimirme y la derramó toda sólo por ganar mi voluntad! ¿Y aún se la
rehusaré? No Señor, con vuestra gracia, renunciaré siempre a mi voluntad aún en
las cosas más pequeñas y nada haré por contentarla, sino por seguir la vuestra.
Así son los santos…. así es santa Vicenta María… pendiente
siempre de lo que el Señor pide y quiere… son una alegría que nada ni nadie
puedo arrebatarle porque lo que Dios quiere es fuente de gozo y vivir
cumpliendo su voluntad es un torrente de felicidad, de gozo, de paz, de
santidad que se contagia y fecunda de semillas de Evangelio los campos por
donde pasan…
Por eso, hoy, cuando se cumplen 150 años de una respuesta
que cambió el rumbo de la historia para infinidad de personas, también nosotros
queremos recuperar el sentido más profundo, el espíritu y la letra de la
respuesta que santa Vicenta María nos dio a todos en la persona de su tía Sor María
Dominica:
"Alegrémonos en Dios que es quien así lo ha
querido y por quien hemos de quererlo también nosotras”.
Gracias María Digna!!!!!!!
ResponderEliminarGracias,Maria Digna.
ResponderEliminarLas jóvenes son nuestra riqueza,ayer,hoy y siempre.