1857, Don José María López y
Jiménez, padre de santa Vicenta María, fue nombrado Juez de paz del Distrito
Municipal de Cascante.
1899, El Cardenal Vanutelli,
firmó la aprobación y confirmación de nuestra Congregación de Religiosas de
María Inmaculada tal y como había decretado cuatro días antes de Su Santidad,
el Papa León XIII:
Nuestro Santísimo Padre León, por
la divina Providencia Papa XIII en el mes de Abril del año 1888, se dingó
honrar con un testimonio amplísimo de alabanza el Instituto llamdo de Hermanas
de María Inmaculada para el Servicio Doméstico, que fue fundado en Madrid (España),
cerca de veintitrés años antes. El fin o blanco que se proponen las dichas
Hermanas consiste en procurar ellas, en primer lugar, su propia santificación,
según conviene, y en procurar con todas sus fuerzas formar, proteger y librar
de los lazos de la corrupción a las jóvenes o mujeres que se ven obligadas, por
falta de recursos, a servir en casas particulares.
Todas usan el mismo hábito y se
sustentan del mismo alimento bajo el regimen de la Superiora General; y
cumplido su noviciado hacen los tres votos simples de pobreza, obediencia y
castidad, primero por cierto tiempo, después perpetuos. Con cuánta razón y
buenos auspicios se haya dado el mencionado testimonio de alabanza, lo ha
comprobado con toda evidencia el feliz éxito. Desde entonces ha crecido, y no
poco, el número de Hermanas; y lo que es más consolador aún, ha crecido también
admirablemente la abundancia de los frutos que con trabajos de las mismas se
han alcanzado para mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
De aquí el que, no sólo los cinco
venerables Obispos que se glorían de tener Casas del Instituto en sus diócesis,
sino también otros muchos, entre los cuales el Emmo. y Rmo. Cardenal de la
Santa Iglesia Romana, doctor D. Ciriaco Sancha y Hervás, Arzobispo de Valencia;
Antonio Mª Cascajares y Azara, Arzobispo de Valladolid, y Salvador Casañas y
Pagés, Obispo de Urgel, en letras anteriores no dudaron recomendar sobremanera
a las dichas Hermanas, asegurando con toda certeza que manifiestamente eran
dignas de mayores favores de la Sede Apostólica, y que había fundada esperanza
de que estos favores servirían, no sólo para el tan deseado aumento del
Instituto, sino también para la prosperidad de la Religión y del Estado.
Y como poco ha, la Superiora
General ha suplicado humildemente al mismo Santísimo Padre se digne aprobar
benignamente el Instituto y las Constituciones del mismo, de las cuales remitió
un ejemplar, Su Santidad, miradas bien todas las cosas, y atendiendo
principalmente a las letras comendaticias de los dichos Prelados, en la
audiencia tenida ante el infrascrito Cardenal Prefecto de la sagrada
Congregación de Obispos y Regulares, el día nueve de este mes aprobó y confirmó
el referido Instituto como Congregación de votos simples, bajo el gobierno de
la Superiora General, salva la jurisdicción del Ordinario, según la forma de
los sagrados cánones y Constituciones apostólicas, según el tenor del presente
decreto se aprueba y confirma, dilatando para tiempo más oportuno la
aprobación de las Constituciones, acerca de las cuales mandó comunicar algunas
advertencias.
Dado en Roma en la secretaría de
la mencionada Congregación de Obispos y Regulares, el día 13 de Enero de 1899.-
S. Cardenal Vannutelli, Prefecto.- A. Trombella,
Secretario.
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