Sala Capitular convertida en "Museo de Santa Vicenta María" |
I Capítulo General
Lunes 30 de septiembre de 1889. Son las cinco de la tarde y todos los presentes son conscientes de la trascendencia del acto que está a punto de comenzar en la que, a partir de aquel momento, además de sala de comunidad sería también reconocida como “sala capitular”, bajo el patrocinio de santa Teresa de Jesús, en la Casa Madre de la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada.Beato Ciriaco María Sancha y Hervás |
Presiden el acto, el beato
Ciriaco María Sancha y Hervás, Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá, su secretario,
D. Donato Giménez y el confesor de la comunidad, D. Mateo de la Prida.
Santa Vicenta María López y Vicuña |
De las veinte religiosas
directoras de votos temporales que forman la congregación, son nueve las que constituyen
la asamblea capitular: la Madre Fundadora, las superioras de las cuatro casas
del Instituto: M. María Teresa Orti, M. María Asunción Carrera, M. María del Patrocinio
Sánchez y M. María Isabel Méndez; y cuatro más elegidas por sus respectivas
comunidades: M. Ana María Carrera por Madrid, M. María Jesús Gil por Sevilla,
M. María del Pilar Gato por Zaragoza y M. María Eulalia Sánchez por Barcelona.
Sala Capitular convertida en "Museo de Santa Vicenta María" |
Era el primer capítulo
general que celebraba la congregación y era la primera vez que iban a elegir
superiora general.
Santa Vicenta María había
gobernado hasta aquel día la Congregación en virtud de un nombramiento que hizo
el beato Ciriaco María Sancha el mismo día que le impuso el hábito religioso.
Ahora entraba en la asamblea persuadida de que terminaba su servicio de
gobierno por “edad” y por enferma. Si considerar la edad como un impedimento,
cuando tenía cuarenta y tres años, nos puede parecer una vagatela, no lo es
tanto si pensamos en su maltrecha salud. Las capitulares no debieron reparar ni
en lo uno ni en lo otro y la eligieron superiora general. Como consejeras
votaron a M. María Teresa Orti y a M. María Isabel Méndez.
Gracias a ti... Para mí sigue siendo una grandísima verdad lo que dijo Jesús Quintero mirando fijo a la cámara: "Si tú no estás ahí, ya me irás qué hago yo aquí"...
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