Doña María Eulalia Vicuña |
Para doña María Eulalia Vicuña, fundadora de la obra apostólica,que el Señor y la Iglesia querían confiar a la nueva Congregación era, sin duda, una gran satisfacción y un gran consuelo, pero nuestra vida lejos de la Cruz del Señor pierde todo sentido y significado y la cruz proyectó suavemente su sombra en la vida de aquella mujer que no buscaba honores ni vanagloria pero necesitaba tiempo para encajar un brusco cambio en su vida cuando su sobrina, santa Vicenta María López y Vicuña, escapaba al "control" de la tía para convertirse en la superiora de la naciente comunidad. Doña María Eulalia necesitó tomar distancia y se fue a Ciempozuelos a descansar junto a su amiga, la venerable M. Antonia María de Oviedo y las Oblatas del Santísimo Redentor.
Tras haber encontrado descanso para el cuerpo y paz para el alma, doña María Eulalia Vicuña regresó a "su casa", para seguir al frente del Asilo de Sirvientas, el día 14 de septiembre. El Señor nunca se deja vencer en generosidad para con aquello a quienes ama...
La vida de doña María Eulalia caminaba hacia el ocaso, pero algo antes del atardecer el Señor le ofreció como un anticipo del premio que le reservaba: el día 25 de julio de 1877, cuando la comunidad de Madrid se acababa de establecer en su nuevo domilio de la calle de La Bola, en la ciudad de Pilar, D. Manuel García Gil, Cardenal Arzobispo de Zaragoza, a la comunidad, que había llegado un Breve de Roma autorizando la Reserva del Santísimo Sacramento en aquella casa. El gozo fue inmenso. Doña María Eulalia y el P. Isidro Hidalgo escribieron desde Madrid el día 4 de agosto:
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J.M.J.
Madrid 4 de Agosto de 77
Queridas hermanas en N.S.J.: Estoy llena de gozo por los
privilegios y favores que el Señor las concede, pues esto prueba claramente que
vuestras caridades son buenas Esposas cuando el Esposo ha determinado no
separarse de esa santa casa y acompañarlas día y noche.
¡quién pudiera disponer de personas que correspondieran haciéndole guardia
continua! pero esto se hará más adelante, D.m.
A la
Sma. Virgen del Pilar le debemos también este favor porque sé
habrá intercedido con su Smo. Hijo, y también al glorioso Santiago que antes de
recibir la grata noticia yo lo había puesto en veneración, suplicándole todos
los días que nos ayude a nuestra obra, pero le pido muy particularmente por mis
hermanas de Zaragoza y el santo me ha
concedido más que lo que yo pedía, y esto me hace cobrar una confianza grande
pues correspondiendo según podamos seguirán ayudando cada vez más.
Así lo espera la que abraza a sus cuatro hermanas
estrechamente
María Eulalia
Hermanas mías en J. Cristo: puesto que a sus méritos se
atribuye la grandiosa gracia que de Roma acaban de recibir, no desmientan ante
Dios lo que creen de VV. CC. los demás. que la santa observancia florezca más y
más; que la caridad fraterna se manifieste en las obras; que sean cada día más
confiadas y fuertes en Dios dador de todo bien y que en su continua unión con
el Mismo santifiquen más y más sus almas es cuanto pide y desea para VV. CC. y la Congregación el
siervo de todas
Isidro Hidalgo
S.J.
Copón de plata regalo de doña María Eulalia a la comunidad de Zaragoza |
Hechos todos los preparativos y puesta a punto la capilla, el día 14 de septiembre de 1877, la incipiente Congregación de Religiosas de María Inmaculada, bajo la particular protección de Nuestra Señora del Pilar y del Apóstol Santiago, inauguró el primer Sagrario, reservando en el Santísimo Sacramento en un copón de plata, regalo de doña María Eulalia Vicuña que ahora sí puede prepararse a entonar su Nunc dimittis, porque dos meses más tarde, el 30 de noviembre, el Señor le ofrecerá la corona de gloria que para ella tenía reservada.
Lindo leer esta "memoria" de nuestra historia y muy oportuna para recordar a Doña María Eulalia...
ResponderEliminarGracias María Digna!