lunes, 23 de marzo de 2015

23 de marzo: muere M. María Teresa Orti

M. María Teresa Orti y Muñoz RMI
Fue el 23 de marzo de 1847 cuando, en Cascante, administraron el Bautismo a santa Vicenta María... y fue el 23 de marzo de 1925 cuando su sucesora en el gobierno de la congregación realizó, según sus propias palabras, "el mejor viaje de toda su vida". Dos días más tarde, el 25 de marzo, M. María de Javier Roura, comunicaba a las comunidades algunos detalles de los últimos momentos y la muerte de M. María Teresa Orti:


A las 11 de la mañana se le administraron los Santos Sacramentos, estando en su completo conocimiento y contestando a las preguntas del ceremonial con un fervor y tan entera, que al leerle yo la fórmula de los votos me hizo que se la dijera despacio, y lo repitió todo esforzándose mucho porque la fatiga ya no la dejaba un momento; se le administró también la Santa Unción y se le aplicó la indulgencia plenaria.
Después de la ceremonia se quedó muy tranquila y descansando algunos ratos, sin que nadie, ni aún los médicos, sospecharan que tan pronto la teníamos que perder.
A las 2 ½ estando con ella Madre Vicaria y Madre María del Sagrario, advirtieron que la fatiga iba en aumento; llamaron inmediatamente a las enfermeras y a las que solíamos estar con ella y pronto pudimos convencernos de la triste realidad. Nuestra enferma seguía con su paz y serenidad no exhalando ni una sola queja como tampoco lo había hecho durante toda la enfermedad, la que ha disimulado, sufriendo en silencio y sin quejarse, dolores y molestias que sólo Dios sabía, pero de las que ya habrá recibido su premio.
Pronto corrió la voz entre la Comunidad de que nuestra amadísima Madre estaba en agonía; allí fueron acudiendo todas para ver morir a aquella santa mujer que el Señor nos dio por Madre; fueron pasando una a una para besarle la mano y Madre Vicaria le pregunto: “Madre mía ¿bendice V.R. a las de todas  las Casas también?” y le contestó con una sonrisa y un gesto afirmativo; le fuimos sugiriendo jaculatorias, y al decirle que pidiese a nuestra santa Madre hiciera el milagro, dijo que no, que ella solo quería cumplir la voluntad de Dios. A Madre Vicaria que estaba firme a su lado, pero llorando amargamente, le tendió la mano y le dijo: “No llore, que este es el mejor viaje que he hecho en mi vida”.
Lápida de la sepultura en el cementerio de San Isidro
Vino el P. Goñi de la Compañía, el Sr. Cura Párroco, el Sr. Capellán y nuestro confesor; todos le dieron la absolución y le hicieron la recomendación del alma, estando en pleno conocimiento hasta el último instante en que murió tan dulcemente que parecía que se quedaba dormida, como así permaneció sin descomponerse absolutamente nada las 24 horas que tuvimos el consuelo de verla en la capilla ante el sepulcro de nuestra Madre Fundadora. Así fueron los últimos instantes de su grande alma que en su humildad y sencillez supo ocultar, pero que el Señor ha querido manifestar en su muerte.

Que sepamos todas aprovecharnos de las grandes lecciones como nos tiene dadas y que sigamos constantes las huellas de tan santa maestra y madre.
Lápida mortuoria en la Iglesia de la Casa Madre donde se conservan los restos mortales de M. María Teresa Orti desde el 31 de mayo de 1963

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