lunes, 30 de noviembre de 2015

Un día como hoy... 30 de noviembre

1854: Antes de que la casa de acogidas para jóvenes sirvientas en Madrid celebrara su primer aniversario, el 30 de noviembre, fiesta de San Andrés, se establecía en el que era ya su tercer domicilio, porque los hermanos Vicuña no dejaban piedra por remover para ofrecer las mejores condiciones a las jóvenes que salían el hospital o se encontraban sin trabajo. Ese día se establecieron en una casa sin vecindad de la calle del Humilladero, con un jardincito y agua para poder lavar.


1877: En la madrileña calle de la Bola, muerte doña María Eulalia Vicuña y García, viuda de Riega, fundadora, con su hermano Manuel María, del Asilo para jóvenes huérfanas y sirvientas en Madrid, tía de santa Vicenta María lópez y Vicuña.


1890: La vida de la Madre Fundadora, se apaga por momentos, pero su obra va adelante con paso firme. En Barcelona se está construyendo una casa de nueva planta que costea la sierva de Dios doña Dorotea de Chopitea, según un plano diseñado por santa Vicenta María. El dia 30 de noviembre, fiesta de San Andrés, don Manuel Marqués y Puig se hizo cargo de un entrañable acto de un "entierro de las medallas" en los cimientos de aquella construcción y levantó acta de lo ocurrido:

«Era intención de la Rda. M. Isabel Méndez y Casariego, Superiora del Colegio y Comunidad de María Inmaculada en esta Capital el colocar personalmente estas medallas y rezar la oración que las acompaña dentro del frasco; pero a causa de la grave enfermedad que aqueja a la Rda. M. General Fundadora de la Congregación, Dña. Vicenta López y Vicuña, se hallan a su lado en Madrid, dicha Madre superiora y la Madre Mª Eulalia, por cuyo motivo los abajos firmantes, mirando su fe rezan dicha oración en su nombre y por su encargo.
A la misma hora, 8 y media de la mañana en los colegios de Madrid y Barcelona, cuando menos, se reza la propia oración uniéndoseles también con la misma oración y en la propia intención Don Ignacio Verdós, residente actualmente en Burgos, que había sido junto con los firmantes enterrador de las tres medallas que se colocaron anteriormente en el terreno con la súplica de que la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por la intercesión de la Trinidad de la tierra: el Sagrado Corazón de Jesús, la Inmaculada Virgen Santísima y el Glorioso San José, de quienes fueron las medallas enterradas y que tan pronto y feliz resultado dieron proporcionando dentro de poco tiempo el que se pudiera construir este edificio que se principio en septiembre p. pdo.
Se rezan tres padrenuestros y sus avemarías en acción de gracias y en súplica de que sean atentidas las peticiones que contienen la anterior oración.
Y para que conste firman la presente en Barcelona a 30 de noviembre de 1890»

martes, 24 de noviembre de 2015

Un día como hoy... 24 de noviembre

Parece un capricho del calendario… pero el 24 de noviembre marca, en la vida de santa Vicenta María un viaje de ida y vuelta a Cascante a veintiseis años de distancia entre la salida y el regreso.

Santa Vicenta María López y Vicuña
1857: Tras largas negociaciones entre sus padres y tíos, deciden llevar la niña a Madrid con el fin de proporcionarle la más esmerada y completa educación. Salió de su casa, a los diez años de edad, acompañada de su padre el día 24 de noviembre. En el corazón de don José María López luchaban el deseo de ofrecerle todo a su única hija y el silencio que su ausencia iba a imponer en el hogar, porque era Vicenta Maía una niña dicharachera, alegre y cariñosa. Doña María Nicolasa ahogó sus lágrimas como pudo y confió en que su hermana educaría a su hija “para santa”. La casa se hizo enorme con la ausencia del esposo y de la niña. La correspondencia casi diaria con Madrid y las buenas noticias del progreso en los estudios de la pequeñas aliviaban algo de pena de la ausencia. Poco podía imaginar doña María Nicolasa que un silencio aún mayor invadiría su hogar en Cascante, otro 24 de noviembre.


Doña María Nicolasa Vicuña
1883: En Cascante, en el hogar de los Vicuña, el aire se hace plomizo, con ese extrano peso que trae el dolor cuando la enfermedad, en lugar de señales de recuperación anuncia despedidas de  muerte. La enferma es doña María Nicolasa, a don José María le falta suelo donde apoyar sus pies. Han avisado a Madrid de la gravedad de la enferma, y santa Vicenta María se pone en camino. El día 23 ofrecieron el santo Viático a la enferma, pero en su corazón pudo más el instinto materno y decidió esperar al día siguiente para que pudiera estar presente su hija. Quienes la acompañaban comprendieron que aquel cuerpo se rendía por momentos y tal vez no tendría fuerzas para resistir a la muerte tantas horas, y doña María Nicolasa cedió ante la insistencia. El viaje para santa Vicenta María se hizo eterno y la noche interminable. El tren de Madrid parecía no querer llegar nunca a Casetas donde hizo trasbordo para llegar por la mañana a Tudela. A las cuatro de la mañana doña María Nicolasa expiró estrechando entre sus manos unas estampas de la Virgen y del Sagrado Corazón que su hija le había enviado unos días antes. En el tren, santa Vicenta María, velaba y rezaba junto a M. María de la Asunción Carrera que la acompañaba. En la estación de Tudela las esperaban su tío Genaro y Pedro, el fiel criado de sus padres. La prudencia les sirvió de poco, porque en cuanto se encontraron las miradas de santa Vicenta María y su tío entendió ella lo que él intentaba aliviar. Sobre el silencio, las lágrimas y el dolor que inundaron el hogar de los Vicuña el 24 de noviembre de 1883, se derramaba desde el cielo la gracia de intercesión de doña María Nicolasa Vicuña que contemplaba ya a Dios cara a cara.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Un día como hoy... 16 de noviembre

1889: La salud de la santa Vicenta María se deterioraba por momentos… la proximidad de la muerte se hacía cada día más evidente… el deseo de las Hermanas de poder dejar su imagen a las generaciones venideras chocaba con la negativa de la Madre a dejarse fotografiar. En Barcelona, M. María Isabel Médez y M. María Eulalia Sánchez, urdieron un engaño con la colaboración del médico de la casa, Dr. Ignacio Verdós, y obtuvieron unos retratos que la M. Fundadora denominó como “los enmatonados”.





Fallado el intento, convencieron al P. Hidalgo para que la obligara a posar ante un fotógrafo profesional y, el día 27 del mismo mes, le sacaron cuatro fotografías en nuestra misma casa de Barcelona.




1897: M. María de la Concepción Marqués cursa una solicitud al Ministro de Gobernación para solicitar el traslado del cuerpo de Doña María Eulalia Vicuña García desde el Cementerio del Sur [Puerta de Toledo, sepultura nº 103 del Patio de la Soledad, donde se encontraba, al panteón de este Convento sito en la calle de Fuencarral nº 113. Por motivos que desconocemos, el traslado se realizó después de 65 años, el 31 de mayo de 1963.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Un día como hoy... 7 de noviembre



1876: Santa Vicenta María escribió al Arzobispo de Zaragoza, D. Manuel García Gil, poniéndose a sus órdenes para la fundación en aquella ciudad. Al día siguiente supo que el Arzobispo había leído ya las Constituciones y que despa­charía el asunto favorablemente.

7 de Noviembre de ‘76
Exmo. Sr. Arzobispo de Zaragoza
Muy venerado Prelado y Padre nuestro:
Ruego á V.E.I. me dispense la libertad que me tomo en ocupar su atención.
Por el Sr. D. Antonio Cascajares he sabido con mucho gusto que V.E.I. ha regresado de la Sta. Visita el día 25. V.E.I. me perdonará la confianza que me tomo en felicitarle por lo que el Señor ha bendecido su celo en darle fuerzas para hacerla tan larga y al mismo tiempo le hago presente que estoy con mis Hermanas esperando órdenes de V.E.I. en todo lo que guste disponer de nosotras muy particularmente en lo relativo á la instalación del asilo de esa Ciudad de María Santísima, con cuya ayuda debemos esperar hacer mucho bien á las pobres jóvenes que se dedican a servir.
Todas las Hermanas de este Instituto se ofrecen de nuevo á V.E.I. y quedan esperando su santa y pastoral bendición y con mayor anhelo esta su servª é indigna hija

Sor Vicenta María López


La ciudad de Zaragoza que conoció Santa Vicenta María