Beata Rafaela Ybarra (*1843-+1900) |
Doña Rafaela mantuvo estrechísima relación con la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada desde que en abril de 1888 visitara por vez primera la Casa Madre en Madrid, calle de Fuencarral. Al año siguiente, el 23 de marzo se encontró personalmente con santa Vicenta María en Barcelona. Pero con quien anudó una profundísima amistad fue con M. María Teresa Orti, con quien parece que se encontró por vez primera en Sevilla, en el mes de abril de 1888, después de haber visitado la Casa Madre.
Los dos último encuentros entre la beata Rafaela y M. María Teresa, son el mejor testimonio de cuan honda fuera su relación.
En el mes de noviembre de 1899, la beata Rafaela viajó a Madrid ya muy enferma y tuvo la inmensa alegría de hospedarse en el Colegio de María Inmaculada. Su biógrafo, el P. Camilo Abad SJ, recoge algunos fragmentos de sus cartas desde Madrid en aquellos días.
El día 8 escribió a su director espiritual, don Leonardo Zabala:
"¿Quién le parece, Padre, que me ha acompañado al reconocimiento? Para Mariano era temprano, además de que quizás no era tan propio. La Duquesa de Abrantes, que deseaba acompañarme, tenía algún inconveniente. Pedí, pues, a Madre María Teresa [la Generala de las Religiosas de María Inmaculada] me diera alguna chica o mandadera, y ¡ella misma es quien me ha acompañado! ¡Pobre Madre! Es demasiado buena conmigo. Dios se lo pagará. Nos pasamos muchos ratos reunidas: a mí me convienen muchísimo sus instrucciones. Ha pedido permiso al Prelado para colocarme en una habitación que están dentro de la clausura, y para que un día pueda comer en comunidad; el Sr. Arzobispo, tan atento y bondadoso, ha accedido a todo, añadiendo no podía visitarme por estar de confirmación."
Al día siguiente escribe al P. Casado SJ:
"Y
yo ¿qué haré para mi regreso? Es tan hermoso hacer tan sólo lo que Dios quiere,
que estoy algún tanto dudosa. Mañana espero haber terminado el objeto que aquí
me trajo; podía, pues, marcharme mañana vieres, o el sábado; y a la verdad, a
eso me inclino. La Madre General del Servicio Doméstico, en cuyo convento estoy
alojada manifiesta deseos de que me quede hasta San Estanislao por la noche,
por salir este día de Ejercicios parte de la Comunidad que ahora los está
haciendo. Mi gente de los Santos Ángeles sentirá mucho si me quedo; pues,
además de las condideraciones ordinarias, hay la de la devoción de los Siete
Domingos, que, como sabe V.R., la hemos tomado con tanto interés, y parece que
la separación la enfría algún tanto."
M. María Teresa Orti (*1855-+1925) |
El día 1 de febrero de 1900, la Madre llegó a Bilbao con dos horas de retraso, pero ese mismo día fue a visitar a la enferma y cuenta M. María Isabel Méndez, que la acompañaba, que "al ver doña Rafaela a la Rma. Madre, su semblante se animó de tal suerte que no aparecía la gravedad en ella, estuvo hablando un largo rato con la Rma. Madre y le pidió que todos los día que estuviese en Bilbao fuese a verla un ratito".
El día 8, Doña Rafaela "se empeñó en que la Rma. Madre hiciese en su nombre una visita al Colegio de los Stos. Ángeles, a las 3 Dª Luisita de Urquijo vino en su coche a buscar a las Madres para ir al Colegio, estuvieron visitando todas las dependencias del mismo, incluso la parte de la Comunidad y noviciado, en las clases las chicas cantaron los versos que suelen cartar a Dª Rafaela cuando las visita y todas las M.M. y Hermanitas estuvieron sumamente cariñosas y alegres al ver la visita de la Rma. Madre; a la vuelta fue la Rma. Madre a ver a Dª Rafaela y darle cuenta de la visita al Colegio despidiéndose ya de la enferma para volver a Madrid el sábado. Dª Rafaela con pena dejó marchar a la Rma., Madre a quien dio pruebas de verdadero cariño y deferencia".
M. María Teresa salió de Bilbao con los sentimientos de quien sabe que no volverá a ver en este mundo a una amiga tan querida. La víspera de su viaje, las chicas prepararon una fiestecita para despedirla, según es costumbre, pero lo hicieron "solo las internas, pues por la gravedad de la Sra. Dª Rafaela no era prudente que las externas tuvieran esta clase de fiestas".
El día 23 de febrero, anotan las crónicas de la comunidad de Religiosas de María Inmaculada en Bilbao: "Muere Dª Rafael Ybarra a las dos y media de la madrugada. Desde las cinco de la mañana empezaron a ir grupos de nuestras chicas todas vestidas de negro, con su medalla de Hijas de María, para oir la Misa y acompañar el cadáver; por la noche se quedaron seis velando toda la noche."
El día 24 fueron todas las chicas que había en casa a oir las misas a casa de doña Rafaela y comulgaron en su oratorio. El resto del día velaron el cadáver en grupos de seis y por la tarde fueron a entierro, las Hermanas y 30 chicas con el uniforme del Colegio.
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