viernes, 21 de junio de 2013

MES DE JUNIO - Sagrado Corazón del Jesús - Del 21 al 25



Reparación de las faltas contra la uni6n y caridad fraterna


Día 21º Mirar que las Hermanas son en sus almas imágenes de Dios y no pararse en lo que se ve exteriormente. Súplicas al Corazón de Jesús pidiendo una uni6n indisoluble para todos los Institutos religiosos.

Día 22º No decir palabra alguna que menoscabe lo más mínimo la buena opini6n de nuestras Hermanas. Actos de petición Al S.C. por todas las necesidades de las Has.

Día 23º Afabilidad con todas sin parcialidad alguna. Peticiones fervorosas al S.C. por aquellas que por cualquier causa nos sean menos simpáticas.

Día 24º Reconocer que el mayor favor que nos pueden hacer es avisar de nuestras faltas así que si en algún aviso que se haya dado conjeturamos la persona que haya podido ser, hacer por ella alguna oración particular. Pedir al S.C. por las Superioras y demás Hermanas que tienen parte en el gobierno.

Día 25º Comulgar con el fin de pedir a Ntro. Señor que nuestra Congregación se distinga por la perfecta unión de todos los ánimos de nuestras Has. y nuestras casas entre sí.  Pedir entre día por las Has. que tienen cargos que se relacionen directamente con las acogidas.




El Corazón Eucarístico
(Tomado de: H- Rossana Huamán Gutiérrez RMI, La devoción al Sagrado Corazón de Jesús en Santa Vicenta María López y Vicuña.)
Don de amor es la Eucaristía para Vicenta María. El lugar donde ella misma aprende a ser don para los demás. "El amor se prueba con la comunicación de bienes"; y desde esta certeza exclama:

"¡Cuánta liberalidad la de mi Señor, cuánto deseo de comunicarme todos sus bienes, dándoseme a Sí mismo en el Santísimo Sacramen­to!"
Su reacción personal es inmediata:

"Esforzarme a conocer la grandeza del don que nuestro Señor nos dio en la sagrada Eucaris­tía, y la gracia que a mí me hacer de hacerme partici­pante con tal frecuencia. ¡Ay, Dios mío, cómo debiera yo vivir!".
No es, pues, de extrañar que enumere entre las señales de tibieza el "comulgar sin fruto".
La comunión espiritual es medio favorito de la Santa para intensificar la continua presen­cia de Jesús y para evitar distrac­ciones. En la reforma de sus Ejercicios de 1878 y en un triduo de renovación en 1881 escribe: "Puntualidad en hacer cada hora una comunión espiri­tual".
Para Vicenta María, el Sagrario fue lugar privilegiado de encuentro personal con Cristo, lugar de confidencia y abandono.  Amaba las visitas largas al Santísimo -una devoción que había aprendido desde niña- y se propone, en los Ejercicios de 1888, dedicar a ellas algunos ratos extraordinarios:

"Propongo cuando tenga tiempo, dedicar un rato extraordinario a algún ejercicio de meditación, lectura o visita más larga al Santísimo, para poder conservarme con algún lastre en el interior y andar recogida y unida a Dios."

 

 

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