martes, 24 de noviembre de 2015

Un día como hoy... 24 de noviembre

Parece un capricho del calendario… pero el 24 de noviembre marca, en la vida de santa Vicenta María un viaje de ida y vuelta a Cascante a veintiseis años de distancia entre la salida y el regreso.

Santa Vicenta María López y Vicuña
1857: Tras largas negociaciones entre sus padres y tíos, deciden llevar la niña a Madrid con el fin de proporcionarle la más esmerada y completa educación. Salió de su casa, a los diez años de edad, acompañada de su padre el día 24 de noviembre. En el corazón de don José María López luchaban el deseo de ofrecerle todo a su única hija y el silencio que su ausencia iba a imponer en el hogar, porque era Vicenta Maía una niña dicharachera, alegre y cariñosa. Doña María Nicolasa ahogó sus lágrimas como pudo y confió en que su hermana educaría a su hija “para santa”. La casa se hizo enorme con la ausencia del esposo y de la niña. La correspondencia casi diaria con Madrid y las buenas noticias del progreso en los estudios de la pequeñas aliviaban algo de pena de la ausencia. Poco podía imaginar doña María Nicolasa que un silencio aún mayor invadiría su hogar en Cascante, otro 24 de noviembre.


Doña María Nicolasa Vicuña
1883: En Cascante, en el hogar de los Vicuña, el aire se hace plomizo, con ese extrano peso que trae el dolor cuando la enfermedad, en lugar de señales de recuperación anuncia despedidas de  muerte. La enferma es doña María Nicolasa, a don José María le falta suelo donde apoyar sus pies. Han avisado a Madrid de la gravedad de la enferma, y santa Vicenta María se pone en camino. El día 23 ofrecieron el santo Viático a la enferma, pero en su corazón pudo más el instinto materno y decidió esperar al día siguiente para que pudiera estar presente su hija. Quienes la acompañaban comprendieron que aquel cuerpo se rendía por momentos y tal vez no tendría fuerzas para resistir a la muerte tantas horas, y doña María Nicolasa cedió ante la insistencia. El viaje para santa Vicenta María se hizo eterno y la noche interminable. El tren de Madrid parecía no querer llegar nunca a Casetas donde hizo trasbordo para llegar por la mañana a Tudela. A las cuatro de la mañana doña María Nicolasa expiró estrechando entre sus manos unas estampas de la Virgen y del Sagrado Corazón que su hija le había enviado unos días antes. En el tren, santa Vicenta María, velaba y rezaba junto a M. María de la Asunción Carrera que la acompañaba. En la estación de Tudela las esperaban su tío Genaro y Pedro, el fiel criado de sus padres. La prudencia les sirvió de poco, porque en cuanto se encontraron las miradas de santa Vicenta María y su tío entendió ella lo que él intentaba aliviar. Sobre el silencio, las lágrimas y el dolor que inundaron el hogar de los Vicuña el 24 de noviembre de 1883, se derramaba desde el cielo la gracia de intercesión de doña María Nicolasa Vicuña que contemplaba ya a Dios cara a cara.

4 comentarios:

  1. Gracias por hacer que recuperemos la memoria y vivamos nuestra historia congregacional congratitud

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  2. Gracias por hacer que recuperemos la memoria y vivamos nuestra historia congregacional congratitud

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Agradezco sinceramente los comentarios. Si tienes alguna consulta para hacer acerca de cualquier tema relacionado con la historia del Instituto y esperas respuesta, por favor, deja un contacto en el mismo comentario o en la dirección de correo histrmi@gmail.com. GRACIAS