martes, 12 de julio de 2016

Un día como hoy... 12 de julio

 Santa Vicenta María no había cumplido aún los 32 años de edad cuando un vómito de sangre puso el inequivocable sello de la tuberculosis en su vida… la naciente Congregación fundada por ella marchaba aún en primera y aquella era, humanamente hablando,  la peor noticia porque el mal no tenía cura. Ante esta «sentencia de muerte» se alarmaron sobremanera todos, menos la enferma. Cuando en el mes de junio hizo su experiencia anual de Ejercicios espirituales, escribió en sus notas personales: «Aunque con necesidad de reflexión, estoy resuelta Dios mío a tener vida corta, a lo demás con más facilidad me conformo. Yo no quiero en absoluto más que en todo se cumpla vuestra voluntad santísima».
Iglesia de El Molar
Los médicos se apresuraron a enviarla a Panticosa en el Pirinero aragonés y allá se fue desde Zaragoza, en agosto de 1879, por Jaca, Huesca y Tardienta. Llegado el verano de 1880, los médicos pretendieron que se repitiera el viaje, pero la Madre opuso toda su resistencia y ellos dejaron que ella les ganara el pulso, a una condición: tomar durante unos días las aguas sulfurosas de la Fuente del Toro en el Balneario de El Molar, al norte de la provincia de Madrid.
El lunes 12 de julio, a las tres y media de la tarde, salió de Madrid la Madre Fundadora con dos que ya habían ido allí el año anterior: H. Carmen López y H. Presentación Beamonte. Después de cinco horas de viaje, las recibió el sacristán y las acompañó a la casa de D. Eduardo de la Morena, en la calle Real, donde tenían a su disposición una sala grande con alcobas.
Parque del Balneario de la Fuente del Toro
El primer día de su estancia en El Molar se levantaron a las seis y se fueron a la iglesia  donde encontraron una Misa ya empezada y comulgaron «agarrándose – dice la Madre – a la costumbre que hay de comulgar el día que se sale y que se llega a algún punto».
Desde la iglesia fueron a la fuente donde las visitó el médico y diagnosticó la misma afección a los bronquios en las tres y les recetó, además del agua, inhalaciones mañana y tarde. 
Casa antigua en la calle Real (actual Correo)
Lo de las inhalaciones le sentó regular a Santa Vicenta María porque tenía muy poca fe en eso, porque le costaba cada una 2 rs., porque la boquilla de cristal le costaba 10 rs. y ya había comprado una en Panticosa, que al parecer se había quedado en Zaragoza. Por si acaso, avisa a Madrid que si la ven por allí se la manden con la diligencia, que el mayoral que sale a las tres y media de la tarde es de mucha confianza.
Después de diez días de tratamiento regresó Santa Vicenta María a Madrid.
Si el grano de trigo cae en la tierra y muere da mucho fruto...



El 12 de julio de 1910 se firmó el decreto de aprobación para la fundación de una casa en Oviedo... 

El 12 de julio de 1912, una Real Orden declaraba el carácter de Beneficencia de la Congregación... 



El 12 de junio de 1958, el Arzobispo de Milán, Monseñor Montini, futuro san Pablo VI, el mismo que años más tarde proclamaría la santidad de la Madre Fundadora, recibía en Milán a la Superiora Provincial con su Asistente y la Superiora de la casa de Roma, llamadas por él mismo para que vieran una casa en la que se pretendía una nueva fundación del Instituto.
Mientras tanto, en Burgos, la Madre General, María de la Redención Navas, que abrió puertas y ventanas a los cambios que traían la Iglesia y la sociedad del siglo XX, se reunía el 12 de julio de 1958 con todas las Superioras de la Provincia de María para un encuentro de formación con conferencias del P. Jesús Solano S.J.


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