«Nada quisiera recomendar con más eficacia que la estricta
observancia de nuestras Constituciones y Reglas y que nos distingamos en el
ejercicio de las más sólidas virtudes, especialmente de la humildad y
obediencia y en aquel espíritu de mansedumbre, de delicadeza santa y de
prudencia que tanto resplandeció en nuestra Rma. M. Fundadora de santa memoria […] por comprender que el crecimiento de las obras de Dios
no depende de la prudencia, ni de los medios humanos.» (María Teresa Orti rmi)